Iglesias Cristianas de Dios

 

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Las Leyes de la Alimentación

 (Edición 2.0 19940409-19990309)

 

 

Las Leyes de la Alimentación son examinadas desde un punto de vista científico y validadas como correctas y tan importantes hoy, si no más, que cuando fueron dadas. Éstas son esenciales para una operación correcta y sana del planeta, desde el punto de vista medioambiental.

 

 

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(Tr. 2005; rev. 2016)

 

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Las Leyes de la Alimentación

 


Deuteronomio 14:2-21 Porque eres pueblo santo á Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra. 3 Nada abominable comerás. 4 Estos son los animales que comeréis: el buey, la oveja, y la cabra, 5 El ciervo, el corzo, y el búfalo, y el cabrío salvaje, y el unicornio, y buey salvaje, y cabra montés. 6 Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis. 7 Empero estos no comeréis de los que rumian, ó tienen uña hendida: camello, y liebre, y conejo, porque rumian, mas no tienen uña hendida, os serán inmundos; 8 Ni puerco: porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos. 9 Esto comeréis de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis; 10 Mas todo lo que no tuviere aleta y escama, no comeréis: inmundo os será. 11 Toda ave limpia comeréis. 12 Y estas son de las que no comeréis: el águila, y el azor, y el esmerejón, 13 Y el ixio, y el buitre, y el milano según su especie, 14 Y todo cuervo según su especie, 15 Y el búho, y la lechuza, y el cuclillo, y el halcón según su especie, 16 Y el herodión, y el cisne, y el ibis, 17 Y el somormujo, y el calamón, y el corvejón, 18 Y la cigüeña, y la garza según su especie, y la abubilla, y el murciélago. 19 Y todo reptil alado os será inmundo: no se comerá. 20 Toda ave limpia comeréis. 21 Ninguna cosa mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá: ó véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo á Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

 

Introducción

A través de los siglos, el Hombre ha desarrollado costumbres alimenticias, y consumido las criaturas que encontraba a su alrededor, según la disponibilidad. Desarrolló gustos, y pareciera a veces que mientras más exóticos son los productos alimenticios, son más deseables y buscados.

 

El concepto de costumbres dietéticas limitadas no es algo nuevo. Proviene de las civilizaciones más antiguas y a menudo se les otorga un simbolismo religioso.

 

En el Levítico 11 y en el Deuteronomio 14, la Biblia contiene reglas específicas o leyes que se refieren a los productos alimenticios que pueden ser comidos, a la manera de matar a los animales y de deshacerse de sus restos, y a las partes de esos animales que no deben ser consumidas, como, por ejemplo, la grasa y la sangre. La terminología que usa la Biblia es la de carnes puras e impuras; esta terminología es por lo tanto la que se continúa usando.

 

Durante el curso de los siglos, muchos pueblos han tratado de desacreditar la validez de las leyes bíblicas de la alimentación o las han considerado como aplicables solamente a los judíos o como estando abolidas por el Nuevo Testamento. Ciertos racionalistas bíblicos han sostenido incluso que las leyes de la alimentación han sido suprimidas en Hechos 10, a pesar de la clara intención del mensaje y de la explicación en el capítulo 11. Su simbolismo específico tiene que ver con la admisión de los Paganos en la Iglesia, y de hecho refuerza la validez de las leyes de la alimentación. El pasaje en Hechos 15, es también usado para argumentar a favor de la cesación de las leyes de la alimentación.

 

Estas leyes de la alimentación han sido continuamente observadas por las Iglesias de Dios y este fenómeno ha sido comentado por los eruditos más eminentes. Durante la inquisición española, una de las maneras para detectar las supuestas herejías de la Iglesia de Dios era su observancia de las leyes de la alimentación (ver C. Roth, The Spanish Inquisition (La Inquisición Española)). Los judíos y los musulmanes fueron también incluidos en esta categoría y muchos fueron ejecutados.

 

El profeta Muhammad repitió la exigencia de las leyes de la alimentación. Hizo una dispensa específica para las tribus del desierto para que pudieran consumir carne de camello (anteriormente considerado impuro) con tal que fuese abatido de una manera específica. Muhammad declaró que lo que les era permitido de comer a los judíos lo era también para los musulmanes y viceversa. Desgraciadamente no reiteró las leyes de la alimentación. Simplemente publicó una proscripción de ciertos alimentos, parecido a Hechos 15, con la mención específica de la carne de cerdo y de la carroña en términos generales, de tal manera que, a partir de entonces, el Islam ignoró las leyes de la alimentación, salvo estas directivas más amplias.

 

Los antropólogos y los estudiosos de religión comparativa han examinado las leyes de la alimentación desde el punto de vista de los tabúes rituales en una cultura más primitiva y limitada. Algunos suponen que estas leyes tenían cierta pertinencia higiénica, pero que hoy ya no tienen razón de ser con las normas de higiene modernas. Otros las consideran como tabúes sin fundamento y tratan de clasificarlas sobre esta base.

 

Una obra de Mary Douglas (Purity and Danger (Pureza y Peligro), Londres, 1966) ha llevado a la inclusión de las leyes dietéticas en la clasificación de los tabúes, al interior de una estructura mágica de las religiones primitivas. Ella sostiene que la única aproximación sana, examinando estas leyes, es:

De olvidar la higiene, la estética, los valores y el rechazo instintivo, incluso los Cananitas y los Magos Zoroastrianos, y de comenzar por los textos. Puesto que cada una de las prohibiciones tiene como prefacio la orden de ser santo, se deben, por lo tanto, explicar con ese mandamiento. Debe haber un espíritu de contradicción entre la santidad y las abominaciones que explican todas las restricciones particulares.

 

Lesser y Vogt declaran que ella sostiene que las abominaciones son los animales que parecen anormales en la clasificación de las cosas naturales transmitidas por Dios, en el Génesis. Evitando lo que, en la naturaleza, desafía la orden de Dios, el Hombre confirma esta orden. Siguiendo una observancia dietética, Dios se hace santo — separado y entero (Lesser & Vogt in Reader in Comparative Religion (Lector en Religión Comparativa), 4ª Edición, Ca. An Anthropological Approach (Una Aproximación Antropológica), Harper & Row, 1979, p. 149-152).

 

Desgraciadamente, ni Mary Douglas ni Lesser y Vogt se dieron la pena de examinar el asunto al exterior de los estrechos límites de la antropología. No evaluaron las leyes en relación con la higiene y los efectos sobre la salud. La orden de ser santo fue vista como una forma de tabú, en vez de la clara razón bíblica que es el mantenimiento de un cuerpo sano, en tanto que Templo de Dios. Sencillamente no hicieron su trabajo, porque, contrariamente a la opinión de Douglas sobre que las leyes de la alimentación son simples tabúes basados en las funciones locomotrices y la ciega aceptación de esta afirmación por los antropólogos y académicos en Religión Comparativa, éstas son, de hecho, reglas demostrables para la selección de estos alimentos, que mantienen el cuerpo en buena salud y reducen al mínimo las toxinas y las enfermedades. Cada una de las leyes es un hecho demostrable. La peor acusación que se le puede hacer a un académico, también se les puede hacer a estos antropólogos. No solamente estaban equivocados, sino también eran deliberadamente ignorantes.

 

La obra presente examina las leyes de la alimentación citadas en el Levítico 11 y en el Deuteronomio 14, y analiza cada categoría de manera sistemática a la luz de la investigación científica más reciente respecto de cada categoría. Algunas investigaciones han sido efectuadas a lo largo de varios años, algunas son más nuevas y otras son el resultado de exámenes recientes de datos más antiguos.

 

Los Animales

 

La Sangre

La primera prohibición general se encuentra en el Génesis 9:4.

4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, (RV)

 

La sangre del Hombre y de la bestia es su vida y así la exige el Eterno. Debe ser vertida sobre la tierra. En Génesis 9:3, se establece que:

3 Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, (RV)

 

Siguiendo esto, algunos sostienen que todo lo que se mueve puede ser comido. Sin embargo, su significado es muy claro en los capítulos precedentes en donde se le dice a Noé, en Génesis 7:2:

2 De todo animal limpio tomarás siete parejas, cada macho con su hembra; pero de los animales que no son limpios, una pareja, un macho con su hembra. (RV)

 

Estas categorías ya eran conocidas antes del diluvio e incluso en la época de Adán, cuando Caín era un campesino y Abel un pastor. El sacrificio de Abel fue más aceptable para el Eterno que él de Caín.

 

La Grasa

En Levítico 7:22-24, se nos dice:

Habló aún Jehová á Moisés, diciendo: 23 Di a los hijos de Israel: Ninguna grasa de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24 La grasa de un animal muerto, y la grasa del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, pero no la comeréis. (RV)

 

En el versículo 25, descubrimos que el castigo consiste en ser quitado del Pueblo. En el versículo 26 se nos dice:

26 Además, no comeréis nada de sangre en ningún lugar donde habitéis, ni de aves ni de bestias. (RV)

 

En Levítico 17:10, un castigo semejante es impuesto por el consumo de sangre, y esta ley se extiende tanto a los extranjeros en Israel como a los nativos. La sangre debe ser vertida sobre la tierra y cubierta de polvo o de tierra.

 

Además de usar la grasa para los quehaceres domésticos, como hacer jabón y velas, la grasa era quemada como olor agradable o como ofrenda aromática.

 

La grasa era sacada de toda la carne y jamás era consumida. Por supuesto que ahora eso tiene mucho sentido. De hecho es una recomendación de prevención contra las enfermedades del corazón causadas por los niveles altos de colesterol y de triglicéridos que resultan del consumo de grasas – algo que hoy consideramos como evidente, pero sólo desde hace poco.

 

Levítico 17:15 prohíbe comer lo que se muere de muerte natural o lo que ha sido desgarrado por las bestias. Este reglamento previene una serie de enfermedades que transmiten los cadáveres de animales muertos o las infecciones de las heridas. Hay una cantidad significativa de esas enfermedades que se transmiten (ver la sección Enfermedades Transmitidas de los Animales al Hombre). Las exigencias de higiene, en caso de contaminación, eran de lavar sus ropas y permanecer apartado de los otros hasta el atardecer. Estas exigencias son hoy en día precauciones de higiene llenas de sentido común.

 

La Identificación de los Animales Puros

 

Levítico 11:3 De entre los animales, comeréis todo el que tiene pezuña hendida y que rumia. (RV)

 

Estas dos distinciones, es decir la pezuña partida y que rumien, eran las marcas de los rumiantes puros. Algunos animales son rumiantes, pero no tienen la pezuña partida, como el camello y la liebre. Toda esta familia, incluyendo al conejo, es impura. Sin embargo, notemos que Muhammad permitió que las tribus del desierto comiesen carne de camello bajo ciertas condiciones. Es el único cambio conocido de las leyes de la alimentación entre los descendientes de Abraham. El hecho de que sean en gran parte ignoradas y que el Islam limite la aplicación del término carroña, comiendo cualquier abominación, a parte del cerdo y de los carnívoros terrestres, no afecta su existencia ni su pertinencia.

 

La Carne de Cerdo

El cerdo es lo contrario de la distinción del hecho que tiene un a pezuña partida, pero no es un rumiante. De todos los animales, el cerdo es considerado como uno de los más sucios. La prohibición general de toda carne de cerdo es probablemente la más transgredida. Las personas tienen ahora tendencia a justificar el consumo de cerdo diciendo cosas como “esta prohibición era para una época en donde la higiene era pobre. Hoy en día, con los reglamentos de salud mejorados y la refrigeración, ya no se aplica”. Pero, en efecto, el hecho es que la prohibición sí se aplica. El consumo de carne de cerdo es una predilección de los asirios y de los babilonios quienes, junto con los celtas, lo introdujeron en Europa.

 

Las recientes investigaciones sobre la carne de cerdo han llevado a resultados asombrosos. Primero, el cerdo es, lejos, el animal que más transmite enfermedades infecciosas al Hombre. No se compara con ningún otro animal.

 

Sin embargo hay un aspecto del consumo de la carne de cerdo que se desmarca de todo el resto. Es de un tipo tal que ningún grado de higiene o de esterilización o de control de enfermedades puede eliminarlo. Este aspecto es la relación de causa y efecto entre la carne de cerdo y la cirrosis del hígado. El 23 de marzo de 1985, páginas 681-683, Lancet publicó los descubrimientos de los doctores Amin A. Nanji y Samuel W. French sobre la Relación entre el Consumo de Cerdo y la Cirrosis. Analizando las estadísticas de más de 16 países (respecto de los efectos del consumo de alcohol, de cerdo, de vacuno y de grasa), estos eminentes especialistas del hígado encontraron que la correlación entre la mortalidad ligada a la cirrosis y al consumo de productos de etanol y de carne de cerdo era fuertemente significativa, en los 16 países. Sin embargo, cuando el estudio se limitó a 7 países que tienen un consumo restringido de alcohol (7,5 – 11,0 litros per cápita/año) y una alta tasa de mortalidad relacionada con la cirrosis (2 – 18 muertes/100.000 habitantes), la correlación entre la mortalidad ligada a la cirrosis del hígado y el consumo de alcohol no era significativa. Por otro lado, la correlación entre el consumo de cerdo y la mortalidad ligada a la cirrosis para esos mismos 7 países era fuertemente significativa.

 

Con los datos de los años setenta, ellos concluyeron que la correlación entre el consumo de alcohol y la mortalidad ligada a la cirrosis en 11 países, era de 0,54 por 100.000 comparado con 0,89 por 100.000 para el consumo de cerdo en los mismos países. Concluyeron que la correlación entre el consumo de cerdo y la mortalidad ligada a la cirrosis era fuertemente significativa. Esta correlación era particularmente impresionante en los países con un consumo de alcohol per cápita relativamente bajo (< 10 litros per cápita/año) y una correlación baja entre el consumo de alcohol y la cirrosis. La población de estos países tiene una baja tasa de portadores del virus de la hepatitis B, excluyendo de esta manera la hepatitis infecciosa como una explicación de la diferencia en la mortalidad ligada a la cirrosis.

 

Las estadísticas para los países escandinavos (Noruega, Suecia y Finlandia) eran bastante significativas. En 1978, el consumo de alcohol en estos países estaba entre los más bajos de Europa. En 1978, la tasa de mortalidad ligada a la cirrosis estaba directamente ligada al consumo de cerdo per cápita en esos países. En Canadá, para cada provincia, la mortalidad ligada a la cirrosis también está correlacionada con el consumo de cerdo, pero no con el consumo de alcohol. Concluyeron que:

La manera en que el cerdo podría causar o aumentar la cirrosis es desconocida. El contenido de materias grasas del vacuno y del cerdo es similar (se refieren probablemente al vacuno engordado o que no se alimenta en los pastizales), pero el cerdo contiene más ácido linoléico que el vacuno.

 

Hemos demostrado que la cantidad de cerdo consumido está en fuerte correlación con la mortalidad ligada a la cirrosis. Estamos lo suficientemente impresionados con lo importante de la correlación entre la mortalidad ligada a la cirrosis y el consumo de productos alcohólicos y el cerdo como para especular que el cerdo puede ser el factor de facilitación sugerido por Beazell e Ivy (se trata del informe sobre la influencia del alcohol en el sistema digestivo, publicado en Quart J. Studies Alcohol, 1940, 1:45-73).

 

Parece que la alta incidencia de la cirrosis entre los alcohólicos está relacionada con una facilitación por el alcohol del efecto de una sustancia aun indeterminada (p. 683).

 

Estos doctores han demostrado la existencia del factor de facilitación indeterminado, intuido en 1940 por Beazell e Ivy, aislando esta sustancia en la carne de cerdo. Es su composición misma la que causa el problema y es una de las razones por la cual el cerdo está proscrito. Cuando se emplea el término cerdo, se refiere a todos los productos del cerdo – el tocino y las cecinas que contienen carne de cerdo también. Vale la pena notar que la cirrosis del hígado es un problema entre los indios de contexto hindú que no consumen ningún alcohol, pero que consumen carne de cerdo en vez de la de vacuno. La conclusión es que el alcohol no es una causa aislada de la cirrosis del hígado. Sin embargo, junto al consumo de cerdo, la incidencia es alta y el alcohol y el cerdo juntos parecen ser un serio peligro.

 

La raza humana tuvo que esperar hasta 1985 para finalmente demostrar lo que el Eterno le había dicho a Moisés en el Sinaí. No comeréis cerdo, lo veréis como impuro y no tocaréis sus cuerpos muertos.

 

Sumario

Los animales puros incluyen no sólo las diversas especies de ganado, corderos y cabras, sino también todos los ciervos y gacelas, incluso la jirafa, los bisontes y todas las manadas de pastoreo en general. El caballo y su especie, como el asno y la cebra, son impuros. Prácticamente todo el resto es impuro, incluyendo todos los reptiles, los roedores, las comadrejas y martas.

 

Sin embargo, hay diversos tipos de saltamontes que son consideradas puras para comerlas; son mencionadas en el Levítico 11:22, si se siente inclinado a verificar. Los saltamontes son bastante agradables al gusto cuando son salteadas hasta que estén crujientes, y sabe un poco a nuez. Los detalles de este tipo pueden ser encontrados en el Levítico y en el Deuteronomio.

 

Las Aves

Los pájaros puros son los de la familia del pollo, del pavo, del pichón y la paloma – tienen un buche. La prohibición de la familia del cisne resulta de un error de traducción de la palabra hebrea teshemet en el Levítico 11:18 de la versión de Louis Segond. Esta palabra no significa cisne, sino que se refiere ya sea a una gallina de agua o a una especie de búho – diversas autoridades la traducen de una manera o la otra. El pato, el ganso y el cisne son aves puras.

 

La mayoría de las otras aves no son puras. La lista se encuentra en el Levítico 11:13-20. Generalmente, todas las aves de rapiña y las carroñeras, como los buitres, las águilas, los halcones, y los búhos, así también como los pelícanos, las cigüeñas, las grullas, y todos estos tipos de aves son impuras. La razón de esto parece ser que las enzimas encontradas en estos pájaros tienen como función ocuparse de la cadena alimenticia sobre la cual dependen, pero que no pueden ser toleradas por el cuerpo humano.

 

Sabemos cada vez más sobre las transmisiones de las enfermedades virales entre las aves impuras. Parece que éstas pueden ser transmitidas a las aves puras, como el pato, en los sectores como Hong Kong en donde la crianza intensiva está estrechamente asociada a las áreas de parada de los pájaros migratorios. Las erupciones de las gripes provenientes de Asia, como la gripe de Hong Kong, han llevado a esta fuente. En general las aves puras no tienen este problema, pero pueden crear una susceptibilidad a las infecciones, bajo las condiciones ambientales únicas de ese sector. Sin embargo, la regla se aplica en general. Las reglas generales de higiene contra la contaminación también están contenidas en el Levítico 11.

 

Las Enfermedades Transmitidas de los Animales al Hombre

Esta sección aísla los tipos de enfermedades y su transmisión al Hombre por tipos de animales y por animal individual. Los diversos tipos, los animales que están implicados y los medios de distribución demuestran la validez de la distinción de las leyes de la alimentación.

 

Resumen de las enfermedades por categoría de infección

 

Bacterias Gram-Negativas

Diez de las 13 enfermedades implican rumiantes o animales puros; una implica los pescados y los moluscos (es decir la vibriosis). De las diez que implican rumiantes, sólo dos sub-categorías implican rumiantes clasificados como únicamente puros, y solamente una de ellas es atribuible, probablemente, a la ingestión. Es la vibriosis (de Vibrio tetus). La otra viene de la infección por la Pateurella heamolytica, que da la Pausterelosis y se encuentra en Gran Bretaña y Estados Unidos. Esta enfermedad está controlada vía la prohibición de la manipulación de la sangre. Respecto de las otras categorías de enfermedades, algunas son generales e implican a todos los mamíferos y pájaros. Las enfermedades, en la mayoría de los casos, están concentradas en los tipos de animales prohibidos, con la excepción de la Brucelosis y de la Salmonelosis. La Brucelosis se contrae por la exposición profesional y por la ingestión de productos lácteos u otros alimentos contaminados. Los serotipos de la Samonela del grupo Aryonia son bien conocidos mundialmente y son transmitidos por la ingestión o por el aire ambiente. Estas enfermedades se encuentran en las categorías impuras; la primera en el cerdo y los caballos, la segunda en el cerdo y los animales de compañía.

 

Bacterias Gram-Positivas y Actinomicetas

Los 14 tipos de enfermedades pueden afectar a animales y aves puros, pues algunas de las categorías implicadas son generales al punto de afectar a todos los mamíferos, peces y aves. Sólo dos sub-categorías se limitan a los animales puros o permitidos, como el caso del ganado, y ambas son transmitidas por la infección de una herida (el Edema Maligno y la Actinomicosis). Los otros grupos incluyen las siguientes enfermedades:

 

Antrax: Es transmitido por la exposición profesional y la mordida de un antropoide. Se puede ingerir solamente al comer carne contaminada, visible y cubierta por otras prohibiciones de las leyes de la alimentación.

 

Intoxicaciones alimentarías por un medio clostridial y la gangrena gaseosa: Se producen respectivamente con los mamíferos o los peces; y con los mamíferos o las aves. Sólo la primera es transmitida por ingestión. Sus efectos pueden reducirse al mínimo con las leyes generales de la salud y de la manipulación.

 

Infecciones del corinobacterium: Son transmitidas por contacto y también por ingestión o infección de heridas.

 

Las otras enfermedades son la Estafilococosis, la Estreptococosis y la Tuberculosis: Son comunes en los animales puros e impuros. La legislación sobre la manipulación, tanto bíblica como científica, reducen al mínimo los riesgos de estas enfermedades.

 

Infecciones causadas por las Rickettsiosis y las Espiroquetas

Hay nueve tipos de enfermedades causadas por las Rickettsiosis, pero sólo dos afectan a los animales puros, es decir a los mamíferos. El primer tipo, la Clamediosis, es transmitido por esporas, el contacto o la exposición profesional. El segundo, la fiebre Q, se transmite principalmente por el aire u ocasionalmente por las garrapatas. La leche podría ser un vehículo, pero es aun una conjetura.

 

Los dos tipos de Espiroquetas, es decir la fiebre endémica con recaída y la Leptoespirosis, pueden ser transmitidos a los animales puros. El primero por las garrapatas infectadas y los piojos de cuerpo, y el segundo por contacto profesional o inmersión en el agua, es decir inflando o contaminando a la bestia. Sin embargo provienen sobre todo de los roedores, y la obediencia a las leyes de la alimentación y la esterilización regular del agua impiden este tipo de enfermedad.

 

Infecciones Micóticas

De los doce tipos de infecciones micóticas, desde la Micosis hasta la Candidosis Criptococosis y la Geotricosis Piedra, etc., ninguna infección está confinada a los animales puros y son todas transferidas principalmente por el contacto en la naturaleza – ya sea directamente o vía cosas o lesiones de la piel. Las leyes bíblicas de la alimentación y las reglas de manipulación reducen al mínimo estas formas de infección.

 

Parásitos Nemátodos

De los trece tipos de infecciones causadas por los parásitos nemátodos, sólo tres pueden afectar a los animales puros y uno sólo afecta a los peces puros (es decir, la Anisaliasis, proveniente del consumo de pescado crudo o parcialmente cocido). Cuando están afectados animales puros, sólo la Tricostronguilosis ataca a los herbívoros domésticos y silvestres, y proviene de la ingestión de vegetación contaminada; se controla con una gestión normal del ganado. Los otros dos, la Stronguiloidosis y la Ancilostomiasis, implican la penetración de la piel por larvas infectadas. El primer tipo puede ser ingerido, pero ambas son enfermedades que afectan principalmente a perros y gatos. En el primer caso, afectan también a los primates y roedores. En los animales puros, la incidencia es limitada, y las leyes de la alimentación y las reglas de manipulación reducen al mínimo el peligro de estas infecciones. Algunas de estas enfermedades (por ejemplo la Triquinosis y la Ascaridiasis o la Ascaridiasis larvaria) son transmitidas por la ingestión de basuras por los animales impuros, particularmente el cerdo.

 

Parásitos Tremátodos y Céstodos

De las once enfermedades causadas por los parásitos tremátodos, sólo un tipo, el Fascioliasis (compuesto por dos sub-tipos causados por la Fasciola Hepática y la Fasciola Gigántica) afecta el ganado, las ovejas y las cabras. Los dos sub-tipos se controlan con la gestión de las manadas y la legislación sobre la correcta manipulación. Ocho de estas enfermedades afectan al cerdo, de manera singular o con otras alimañas.

 

De los nueve tipos de Céstodos, sólo dos afectan a los animales puros y uno sólo a las aves puras. El primer tipo es el Solitario del Buey y es transmitido por la ingestión de vacuno ladro (enfermo). Se previene con una inspección correcta y con las exigencias bíblicas de la manipulación (un organismo parecido, la Taenia Solium, infecta el cerdo y es también responsable de la auto infección en el perro). La segunda enfermedad, la Hidatidosis, afecta al perro, al cordero, al ganado, al cerdo y al ciervo, y es transmitido por la ingestión de embrioforas. Se controla eliminando la basura, con la manipulación correcta respetando la legislación bíblica y con la inspección. La tercera categoría, la Esparganosis, afecta al pollo y se puede contraer por la ingestión o el contacto con la carne de animales infectados. Es causada por la Solitaria Pseudofilidea, que se encuentra principalmente en simios, gatos, cerdos, zarigüeyas, ratas, pero también afecta a pollos, serpientes, ranas y ratones. De nuevo, las leyes de la alimentación reducen al mínimo este tipo de enfermedades.

 

Parásitos Protozoares

De los trece tipos de infecciones causadas por los parásitos protozoares, sólo cuatro podrían probablemente afectar a los animales puros. El primero es la enfermedad del sueño; es causada por la mordida de la mosca zé-zé y se limita al África. El segundo, la Piroplasmosis, es causado por la picada de garrapatas infectadas y está generalizado entre los animales silvestres y domésticos. Los dos últimos, la Sarcosporidiosis y la Toxoplasmosis, afectan las aves y los mamíferos – este último afecta particularmente a los gatos. Las leyes bíblicas de la alimentación y las reglas de la manipulación también reducen al mínimo esta enfermedad.

 

Virus

 

Virus ADN: De los seis virus ADN, cuatro afectan los animales puros, pero son transmitidos por el contacto o la exposición profesional. Son la Vaccinia, la Paravaccinia, el Estomatitis Papular Bovina y la Ectima Contagiosa.

 

Virus RNA: De los diez virus RNA, sólo dos afectan a los animales puros y dos afectan las aves. Todos se transmiten por el contacto y la exposición profesional. La enfermedad de Newcasltle, que afecta a las gallináceas, es bien conocida; se controla con los reglamentos bíblicos. La fiebre aftosa no se limita al ganado y también se controla por las leyes de la alimentación, etc. Cosa interesante, la Gripe se transmite por los cerdos, los caballos y las aves. El pato (como ave pura) se reveló ser un huésped cuando vive a proximidad, como en Asia, particularmente en Hong Kong. La Estomatitis Vesicular (Estomatitis) es también una enfermedad de los mamíferos y se transmite por la ingestión; por consecuencia, los carnívoros son más susceptibles a esta enfermedad.

 

Virus no clasificados: De los tres virus no clasificados, ninguno se ha encontrado en los animales puros.

 

Infecciones Causadas por los Artrópodos (Arbovirus) Transmitidos por los Mosquitos

De los treinta y un tipos de estas enfermedades, sólo dos afectan a los animales puros y tres de las que afectan a las aves domésticas podrían afectar a aves puras. La primera categoría es la Fiebre del Valle del Rift, que afecta a los corderos, las cabras y el ganado. Se limita a África y se transmite por las picaduras de mosquitos, por el contacto haciendo autopsias o por la manipulación de carne fresca. Los reglamentos de la manipulación reducen al mínimo esta enfermedad. La segunda es la infección de Wesselbron, que se limita a África del Sur y que es transmitida por el mosquito Aedes. Las categorías que implican a las aves son la Encefalomielitis Equina occidental y oriental y también la Encefalitis de St-Louis. Las categorías de animales puros parecen ser significativamente menos afectadas por estas enfermedades que los animales impuros, lo que demuestra aun más la validez de las divisiones del Levítico 11 y del Deuteronomio 14.

 

Infestaciones Parásitas y Reacciones

Las enfermedades Anélidas se encuentran en África y Asia entre el ganado y el búfalo, y son causadas por el contacto directo con una sanguijuela.

 

Entre las enfermedades Artrópodas, el gusano de lengua se encuentra tanto en las ovejas y las cabras como en los perros, las serpientes y los lagartos; se previene al no comer este tipo de desperdicios o por la inspección. Otra enfermedad de los animales puros es la Parálisis de la Garrapata, pero no afecta al Hombre; por lo tanto ésta no es específica a las leyes de la alimentación. La Myosis se transmite por la invasión del tejido vivo por las larvas de la mosca; y por consecuencia no se ve afectada por las leyes de la alimentación, a pesar de que todos los mamíferos están implicados.

 

Los Peces

Levítico 11:9 De todos los animales que viven en las aguas comeréis estos: todos los que tienen aletas y escamas, ya sean de mar o de río, los podréis comer. (RV)

 

Levítico 11:10 Pero tendréis como cosa abominable todos los que no tienen aletas ni escamas, ya sean de mar o de río, entre todo lo que se mueve y entre toda cosa viviente que está en las aguas. (RV)

 

Para comprender las razones detrás de las leyes de la alimentación en lo que se refiera a los peces, debemos examinar una serie de fenómenos naturales y considerar cómo la ley limita los efectos sobre los humanos.

 

Los metales pesados y los venenos producidos naturalmente se distribuyen en toda la cadena alimenticia de maneras determinadas. A medida que estos metales pesados son producidos naturalmente, como los agentes de polución en general, se distribuyen de manera cada vez más universal y entran en la cadena alimenticia, y esto, en todos los sectores. A causa de su lugar en la cadena alimenticia, de su naturaleza y de su metabolismo, algunas especies marinas son más susceptibles a la polución que otras, y algunas tienen una propensión más alta a transmitir los elementos de polución que otros.

 

El mercurio es una fuente de envenenamiento de la vida marina. A pesar de que su nivel en términos de cantidad global es fijo, sus concentraciones y su capacidad de ser transportado de varias maneras y de transformarse de una forma inorgánica a formas más tóxicas en el medio ambiente lo hacen peligroso. El nivel de mercurio en los océanos es de por lo menos 70 millones de toneladas y un estudio reciente de la capa glaciar de Groenlandia indica que no ha habido ningún aumento del nivel de mercurio en los tiempos históricos (Applequist y otros, 1978).

 

Pareciera que hay un nivel de base de 11,2 ng/kg en los océanos del mundo, y lecturas cerca de la superficie en el hemisferio norte llegan hasta 33,5 ng/kg, probablemente debido a las precipitaciones atmosféricas de la polución industrial.

 

El uso industrial de mercurio se encuentra en una variedad de industrias, entre las cuales está la explotación minera y la extracción por fusión, que ha aumentado de aproximadamente 2% al año desde 1973, aunque una parte es reciclada, etc. La liberación de mercurio en el medio ambiente ocurre también por actividades suplementarias, como los combustibles fósiles, el acero, el cemento, la producción de fosfatos y la extracción y fundición de metales, particularmente los minerales de sulfuro (WHO, 1976). Por lo menos, una parte de estas emisiones se dispersa ampliamente en los océanos (Gardner, 1976, 1978).

 

El mercurio encuentra su camino hacia la cadena alimenticia por de la metilación del mercurio inorgánico en los sedimentos de lagos, ríos y otras vías navegables y en todos los océanos. El metilo de mercurio se acumula en los organismos acuáticos dependiendo del nivel trófico, y las concentraciones más altas se encuentran en los grandes peces carnívoros (esto se ha establecido en Report on Mercury in Fish and Fish Products (Informe sobre el Mercurio en los Peces y los Productos del Pez), del Departamento Australiano de la Industria Primaria, 1979, Australian Government Publishing Service (Servicio de Publicaciones del Gobierno Australiano), 1980. La sección 2.4 (III) del informe y los comentarios de la página 28 demuestran este punto).

 

Según el informe, se considera que le mercurio es absorbido más frecuentemente bajo la forma de metilo por los organismos acuáticos. La metilación se produce por medios químicos (un proceso no enzimático modificado ligeramente por la cobalamina metílica y por el depósito de microorganismos, como bacterias y hongos (Mason y otros, 1974) [énfasis agregado], en condiciones tanto aeróbicas como anaeróbicas (Jensen y Jernelov, 1074), estando la tasa de metilación sujeta, en particular, a los microorganismos presentes (Hartung, 1973) y a diversos factores físico-químicos. La metilación se promueve cuando hay un pH alcalino y un alto contenido orgánico en los sedimentos (Matsumura y otros, 1972) y también cuando la temperatura es elevada (Jernelov, 1972a). En consecuencia, se deduce que un aumento en la temperatura global y de los océanos aumentará la toxicidad del medio ambiente marino.

 

Este proceso de metilación es equilibrado en la naturaleza por las bacterias metogénicas que impiden la metilación (Alston y otros, 1972). Una gran variedad de bacterias parecen ser capaces de desmetilación, aunque todas son anaeróbicas y que la especie pseudomonas parece predominar (Shariat y otros, 1979). Todas esta citas son extraídas del informe del Department of Primary Industries (DPI) (Departamento de la Industria Primaria). Según el informe, hay dos maneras posibles para que los organismos acuáticos asimilen el mercurio disponible, primeramente, vía la red alimentaría y, segundo, por la extracción directa del metilo de mercurio de la sustancia acuosa (Informe del DPI, p. 30).

 

Las bacterias rivalizan muy eficazmente con el sedimento en la acumulación de iones mercúricos del agua fluvial, teniendo un efecto significativo sobre la movilización del mercurio desde el depósito de sedimentos hasta la cadena alimenticia (Ramamoorthy y otros, 1977). Sin embargo, el mercurio es absorbido a un nivel más elevado en la cadena alimenticia por la ingestión de desperdicios orgánicos que forman complejos con el mercurio. La asimilación directa por los comedores-filtros, como las ostras, las bernachas y los moluscos, parece ser común (Guthrie y otros, 1979) (Informe del DIP, p. 30) [énfasis agregado].

 

La complejidad de la red alimentaría es un factor de limitación principal sobre la cantidad de mercurio acumulado (Peterson y otros, 1973) y los organismos con niveles tróficos más elevados tienen tendencia a acumular más mercurio. Ha sido sugerido que la red alimentaría contribuye mercurio a los peces hasta un cierto nivel de base y que, por encima de este nivel, el mercurio se acumula directamente en el agua (Jernelov, 1972b). La extracción directa de mercurio del agua es posible por su afinidad con los grupos anióticos, particularmente los grupos sulfuhidrilo de proteínas (Lofroth, 1970). La asimilación podría efectuarse directamente por la piel o vía las branquias. En la trucha, por lo menos, la asimilación se efectúa principalmente vía las branquias, pues se ha demostrado que su piel es relativamente impermeable (Olson, 1973). La tasa de asimilación es probablemente una función tanto de la concentración de mercurio en el agua como de su forma y de la tasa metabólica del pez en cuestión (Informe del DIP, pp. 30-31).

 

El mercurio, tanto inorgánico como orgánico, es fácilmente absorbido del agua de mar. La retención de las dos formas encontradas en la alimentación es diferente debido al hecho que el metilo de mercurio, contrariamente al mercurio inorgánico, es eliminado de manera muy lenta. Ninguna evidencia ha sido obtenida por la metilación del trazador en el mercurio inorgánico obtenido del agua de mar. El principal resultado, según el informe, era la identificación con exactitud de la asimilación directa del metilo de mercurio en el agua como el tema más importante para nuevos estudios.

 

El informe declara también que una vez asimilado en la circulación sanguínea, el mercurio es distribuido por acción diferencial en todo el cuerpo (ver la sección 2.4 (IV) del informe, y las notas de la p. 31).

 

Los estudios efectuados en 1978 (Hall y otros) sobre la incidencia de los metales pesados en los mariscos midieron una gran variedad de oligoelementos en 204 especies de peces con aletas, en moluscos y crustáceos, en 198 sitios de la costa de los Estados Unidos. Estos representaban 93% del volumen de los pescados comerciales y deportivos que ese país pesca. Encontraron un nivel promedio de mercurio que excedía 0,5 ng/kg en sólo 2% de las capturas destinadas al consumo humano y estos incluían el lutjánido (snapper) (Lutjanus compechanus), el chancharro (rockfish) y el halibut (fletan) del Pacífico (Hippoglossis stenolepis).

 

En Europa, de los 12 peces de agua dulce mencionados, el espetón tenía el promedio más alto y los niveles máximos (1,6 ng/kg). Los resultados eran similares en Suecia.

 

El informe del DIP declara, en la página 32, que los valores de mercurio más elevados se encuentran generalmente en estos peces al final de una larga cadena alimenticia, como en las grandes especies carnívoras. Estos incluían al tiburón (pez impuro), al pez-espada y al atún (pez puro). El salmón parece tener un bajo nivel de mercurio, siendo los valores de la mayoría de las aproximadamente 260 muestras de salmones del Atlántico, de Canadá y del Mar Báltico de alrededor de 0,05 ng/kg. Informes recientes indican que, en la mayoría de los peces oceánicos, los niveles de mercurio se sitúan entre 0 y 0,5 ng/kg, con la mayor parte de los valores alrededor de 0,15 ng/kg del peso neto (en 1 600 muestras). Los ejemplos más importantes eran el pez-espada, el atún y el fletan.

 

Para la mayoría de las especies, Japón tiene una norma de mercurio de 0,4 ng/kg. Los peces de alta mar tienen una concentración más alta que los peces del plató continental. El tiburón y el atún tienen los niveles promedio más elevados en las aguas marítimas japonesas. Los Estados Unidos han aumentado su nivel de acción de 0,5 ng/kg a 1 ng/kg. Es probablemente el resultado de presiones económicas.

 

Un aspecto de gran interés del informe del DIP es que las especies puras, como por ejemplo el atún, reducen la disponibilidad del mercurio por la acción de supresión del selenio. Los niveles de selenio en el pez son generalmente reportados como estando por debajo de 1.0 ng/kg.

 

En la merluza y el fletan de Noruega (es decir del noreste del Atlántico), por ejemplo, los niveles no han excedido 0,15 ng/kg (Egaas y Braekkan, 1977a). Sin embargo, en los crustáceos, los niveles son generalmente más elevados, con valores reportados de hasta 4 ng/kg en la langosta y de 2 ng/kg en los moluscos (Informe del DIP, p. 51).

 

En los peces depredadores más grandes, como el atún y el pez-espada, los niveles de selenio son muy elevados. En el pez-espada varían entre 0,79 y 4,84 ng/kg en los músculos, siendo el valor promedio de 2,18 ng/kg. Estos valores parecen estar ligados a la talla y al nivel de mercurio (Friedman y otros, 1978). El pez tiene más mercurio que cualquier otro alimento.

 

Los efectos tóxicos del selenio son contrarrestados por el efecto del arsénico, el cual está ampliamente distribuido en los peces, y particularmente en los tejidos de los crustáceos (Hall y otros, 1978). Shuomi y otros, 1984, muestran que el arsénico y sus formas químicas en los crustáceos están directamente ligados a sus costumbres alimentarías. Los bivalvos y los gasterópodos herbívoros están debajo de los 10 ppni en la mayoría de los especimenes. En contraste, el contenido de arsénico en los músculos de los gasterópodos carnívoros tenía un valor promedio significativamente más elevado, variando entre 16,8 ppni y 67,9 ppni. Es necesario a fin de neutralizar los niveles concentrados de mercurio y de selenio en sus presas. Eso debería demostrar también el hecho que los gasterópodos herbívoros y los bivalvos no son convenientes para el consumo humano.

 

Como observación general, se puede decir que las especies de mariscos impuras, como los crustáceos y los moluscos, son la primera causa de envenenamiento por metales pesados en la cadena alimenticia, y son los más susceptibles a los elementos de polución. Para contrarrestar la toxicidad de su medio ambiente, tienen niveles más elevados de las otras substancias tóxicas, como el selenio y el arsénico. Su carácter apropiado para el consumo humano se ve reducido debido a su elevada capacidad de retención de substancias tóxicas en sus tejidos. Las únicas especies que se les igualan están entre los grandes peces carnívoros, al otro lado de la cadena alimenticia.

 

Las especies de peces impuros, como el tiburón, no poseen el selenio que contrarreste y que permita al pez de ser conveniente para el consumo humano. El pez puro, por su parte, contiene niveles equilibrados de agentes que desintoxican, como el selenio y el arsénico, los que reducen al mínimo el impacto sobre la especia humana.

 

En regla general, las especies puras de peces no tienen niveles elevados de substancias tóxicas. Esos niveles están presentes sólo en las especies de grandes carnívoros, pero con productos químicos que contrarrestan y limitan los efectos tóxicos sobre el organismo humano. Los peces puros más pequeños son claramente los que tienen menos substancias tóxicas y son, por consecuencia, los más apropiados para la alimentación.

 

Los Crustáceos

Niveles muy elevados de substancias tóxicas se encuentran en los crustáceos, pero estos están acompañados de un nivel de equilibrio diferente del que se encuentra en las grandes especies puras. Los crustáceos, los moluscos, etc. contienen también niveles altos de colesterol, lo que contribuye a las enfermedades del corazón. Junto con la absorción de metales pesados en la materia vegetal, esto hace que sea un régimen de alto riesgo para el corazón.

 

Las leyes de la alimentación son entonces reglas complejas, pero verificables para el consumo humano de especies acuáticas. Muestras de cabellos y de sangre han sido usadas para medir la tasa de mercurio en las personas y parece que, ahí en donde las leyes de la alimentación no son tomadas en cuenta, los niveles de mercurio pueden alcanzar 27 ng/kg en los cabellos de una persona que consume 780 gramos por semana y 0,038 mg/litro en la sangre de una persona que consume 2 000 gramos de pescados y mariscos por semana.

 

En el estudio del DIP, ninguna relación significativa fue encontrada entre los niveles de mercurio en los cabellos y la sangre, a diferencia de otros trabajos. Estos niveles pueden ser corregidos rápidamente ajustando el régimen a especies menos contaminadas, es decir, obedeciendo las leyes de la alimentación.

 

El Envenenamiento por los Peces

Se conocen alrededor de 300 especies de peces que causan epidemias de envenenamiento. Casi todas son variedades impuras. Algunas son, sin embargo, variedades puras. El pez loro, que se encuentra en aguas tropicales, es tóxico durante casi todo el año; en otras aguas, no lo es. La toxina emana del hígado durante todo el año, excepto de abril a junio, y esto, en cantidades suficientes como para ser mortal para los ratones (Fusitani y otros, 1985). El lutjánido y la perca, etc. pueden ser esporádicamente tóxicos en algunos lugares, los cuales deberían ser notados, lo que no significa que sea generalizado. De las 84 especies pescadas en Santo Tomás, en el Caribe, 50%, o sea 56% de las capturas, conllevan riesgos de intoxicación si se les consume (Olsen y otros, 1984).

 

Mientras más aumente el nivel de polución y de metales pesados, más aumentarán los niveles de toxicidad en todas las especies de peces, haciendo las leyes de la alimentación cada vez más importantes. Sin embargo, es posible que lleguemos a un punto en que todos los tipos de peces ya no podrán mantenerse en vida. Ese punto tal vez no esté tan lejos.

 

Las Algas, etc.

La presencia de algas rojas parece aumentar y se controla solamente por el bajo nivel de temperatura del agua. Como la temperatura promedio del agua aumenta, los mares se vuelven rojos a causa de las algas. Parecerán sangre y las infestaciones se propagarán por la navegación, el viento y las corrientes. Eso destruirá cada vez más la vida marina y el medio ambiente, perturbando así la cadena alimenticia. Las algas roja vivaces, Grateloupia cuneifolia, de Río Grande del Sur, en Brasil, fueron analizadas por sus fluctuaciones estaciónales, en el período que va de abril de 1980 a marzo de 1981. Las pruebas mostraron grandes variaciones en los elementos con niveles de 40,4 a 129,5 mg/g de zinc; 7,1 a 59,5 mg/g de cobre; 28 a 209 mg/g de plomo y 0,09 a 43,1 mg/g de cadmio en el peso de las algas secas (Yunes y otros, 1982). Esto se revelará ser de un significado crítico para el medio ambiente marino, junto con el aumento de los metales contaminantes y de la temperatura. Los mares transformándose en sangre no pueden ser tan difíciles de comprender.

 

La incidencia de las concentraciones de metales pesados es compatible con la distribución conocida de la actividad sísmica submarina, que indica que la liberación de metales pesados en el mar por la actividad volcánica, puede aumentar los riesgos de mareas rojas. Los mares que se transforman en sangre pueden ser entonces el resultado de diversos terremotos y explosiones volcánicas, descritos en el Apocalipsis 6:12; 8:8; etc.

 

Los Cangrejos, etc.

El efecto de los metales pesados en los alimentos impuros, del tipo cangrejos, está cada vez más identificado. Los efectos de la actividad de los iones cúpricos libres en el agua de mar sobre la metalotioneína y el crecimiento de larvas de cangrejo han sido demostrados por Sander, Jenkins, Sinda y Costlow (ver ASFA Pt. 1, Vol. 14, Nº 6, artículo 14194 – 1Q14). Sus datos revelan relaciones predicables entre la actividad de los iones cúpricos en el agua de mar y los procesos al nivel celular y de organismo.

 

La polución por el zinc y el estaño afecta también el ecosistema, ensuciando el medio ambiente entre mareas que entra en el sistema al nivel de los invertebrados y las especies que se alimentan de organismos en suspensión. De nuevo, es una fuente de alimentación prohibida bajo las leyes de la alimentación.

 

Ha sido demostrado también que el estado sinóptico del pez puede ser una especie de acción de seguridad par impedir la acumulación de compuestos tóxicos en sus cuerpos. Es probable que tenga una relación directa con las variedades puras e impuras (Ogawa, Tonogai, Ho, Twaida, Osaka 1983 - ASFA Pt. 1, Vol. 14, Nº 6, artículo 14232 - 1Q14).

 

Vale así mismo la pena notar que ciertas especies de moluscos acumulan el cadmio desde fuentes no contaminadas a tasas más altas que desde fuentes contaminadas. Por ejemplo, Frazier y George, 1983, examinaron dos especies de ostras, O. gigas (L) y O. edulis (L). Demostraron que O. edulis acumulaba el cadmio de un medio no contaminado. Estas prohibiciones de alimentos no son, por lo tanto, específicas a un medio con polución, sino que se aplican de manera global. Una de las consecuencias lamentables para algunos peces puros contra el envenenamiento por metales pesados (en este caso el cromo trivalente) está demostrada por su efecto sobre las primeras etapas de vida de la trucha cabeza-de-acero. Stevens y Chapman, 1984, demostraron que la contaminación produjo la completa mortalidad, en la primera etapa de vida, de los huevos recién fertilizados, incluso hasta 30 días después de la eclosión, después de estar expuestos a 495 mg/l, y que, a niveles menores, redujo significativamente la supervivencia. La supervivencia de los huevos se redujo significativamente a 271 mg/l. Ninguna aclimatación resultó de las precedentes exposiciones al cromo. Dicho de otra manera, cuando están contaminados, estos peces puros no sobreviven o no logran llegar a la madurez, y no desarrollan inmunidad con el tiempo. Las leyes de la alimentación se mantienen, entonces, constantes. Esta ley es la misma ayer, hoy y mañana.

 

Fue demostrado también, por Cai, Chera, Wu y Xu, en 1983, que los organismos críticos para la acumulación del cobalto (Co) son el fitoplancton y las almejas, y que aquellos para la acumulación del cesio (Cs) son el fitoplancton y los camarones. En los peces, los órganos de acumulación del cobalto y del cesio son el estómago, el intestino y el hígado; por lo tanto se eliminan con el vaciado, mientras que en los otros organismos está implicado el cuerpo entero, excepto en los camarones, en donde los órganos de acumulación del cobalto son la cabeza y el pecho, y el cesio se distribuye en todo el cuerpo del camarón (o langostino).

 

Esto demuestra que los diferentes tipos de metales se distribuyen de maneras diferentes en los invertebrados y los moluscos. Además, demuestra que las formas más elevadas y las especies puras tienen sistemas más eficaces para eliminar las toxinas. Sin embargo, a niveles muy elevados, los metales no están controlados y el cadmio afecta el valor hematocrita y el sistema de glóbulos rojos. A bajos niveles, afecta la concentración de hemoglobina, el valor hematocrita y el número de glóbulos rojos. Además, causa daño al hígado y anemia (Kayama y Ozaki, 1984).

 

Ha sido demostrado también que los niveles más elevados de cobre reducen las tasas respiratorias y de alimentación de los peces, así como su madurez y fertilidad, además de reducir la cadena alimenticia, debido a una reducción de la productividad primaria, del plancton, y de la producción de cromo (Mukhopahyay, 1983). El aumento de la polución limitará también, en consecuencia, la producción de peces puros.

 

Los ecosistemas marinos son también susceptibles a la concentración de hidrocarburos del petróleo. Observaciones del mejillón azul muestran aumentos, después de la limpieza de derrames de petróleo accidentales, de un orden de 40 mg/g a 652 mg/g a 3 millas (5 km) y 533 mg/g a 4,5 millas (7 km) de la orilla. Se vuelve cada vez más peligroso no observar las leyes de la alimentación. La sensibilidad de los mejillones y de los moluscos a los contaminantes en los puertos (en particular los puertos norteamericanos) está bien documentada. Todos los ambientes portuarios del mundo entero están afectados. Mientras el aumento de contaminantes significará necesariamente un aumento del nivel encontrado en los peces, se podría argumentar que algunos peces puros, como los peces planos (o sea el lenguado), corren más peligro. Es verdad que la acumulación de zinc en los órganos externos es importante. Se argumenta que el modo de vida Béntico no puede ser el responsable de una bioacumulación preferencial de oligoelementos en el lenguado. Sin embargo, la hipótesis de una asimilación vía la alimentación y el sedimento no pueden ser descartadas (Amiard y otros, 1983).

 

También ha sido establecido que muchos virus de origen humano están ampliamente distribuidos en los estuarios y sectores costeros y han sido aislados en el agua de mar, los sedimentos marinos y en muestras de moluscos. La evidencia indica que los indicadores bacterianos no son medidas confiables de la presencia de virus en las muestras contaminadas (Ellendar y Cook, 1981 y Flondorfer, 1984). Los alimentos impuros están, por lo tanto, también prohibidos por su capacidad de transmitir enterovirus.

 

Ciertos moluscos bastante repartidos contienen además venenos paralizantes. En Filipinas en 1983, en muestras de mejillones verdes, la Perna oriental, una de las causas de envenenamiento paralizante por moluscos, se encontró dinoflagelados, Pyrodimium bahamense var. compresse – causa de una serie de mareas rojas al comienzo y a mitad de los años 1970. Los niveles de toxicidad eran elevados e muestran otro aspecto de los moluscos y de las mareas rojas (ver Gacutan y otros, 1985). El envenenamiento parece producirse al nivel de más o menos 60 mg de toxina por 100 g de carne: es un problema serio en los sectores costeros del norte de Estados Unidos (Sullivan e Iwasaka, 1983). Ya se conocen más de 12 toxinas que están implicadas en las mareas rojas y en el envenenamiento paralizante por los moluscos. La toxina Gonyaulax se encuentra por todo Estados Unidos. Encuestas han revelado también organismos ligeramente tóxicos en sectores jamás antes vistos (Shuniza, 1983).

 

Bacteria patógenas para el Hombre han sido encontradas en grandes cantidades en los cangrejos y la ostras. Con la excepción del Staphylococcus aurcus, todos los patógenos estaban presentes en cantidades más numerosas en los cangrejos y ostras vivos, sugiriendo así que el tratamiento sea eficaz para controlar el número de patógenos presentes en estos tipos (Elliot y Colwell, 1982, la publicación de 1983). Sin embargo, las bacterias no son todas controladas por el tratamiento.

 

Las pruebas revelaron también que, incluso para los peces puros, la salazón es un tratamiento imperfecto, siendo sus defectos la limpieza incompleta, la salazón inadecuada y las condiciones poco higiénicas de tratamiento (Joseph y otros, 1983). En los productos de pescado seco infestado de hongos y bacterias halófilas rojas, los hongos pueden ser sacados y la reinfectación fúngica se puede impedir lavando, secando y enseguida untando el pescado con una mezcla de 3% de propionato de sodio en sal fina seca por cada diez partes de pescado seco. La duración de vida del producto es de cinco meses (Nair y otros, 1983).

 

La bacteria Vibrio Flurialis fue aislada en los moluscos del mar Adriático. Once formas de esta enfermedad han sido aisladas en los moluscos recogidos en las orillas o vendidos por el comercio detallista. La Vibrio Flurialis es un halófilo que causa la diarrea humana y se encuentra en los productos de la pesca del Mediterráneo (Gionella y otros, 1984).

 

En el Galicio, los mejillones parecen estar no solamente infectados con la Gymnodinium catenatum, además de la Protogonyaulax tamarensis, que causa el envenenamiento paralizante por los moluscos, sino también con infecciones de tipo diarreicas (España, 1983). La contaminación del medio ambiente por aguas usadas en los estuarios en Estados Unidos ha causado numerosas epidemias de hepatitis A, de la enfermedad de Norwald y de gastroenteritis no específicas entre los consumidores de moluscos (Durham, NH Estados Unidos, la publicación de junio 1985, ISSN 0160-8347). Un ambiente re-infeccioso fue así establecido entre los consumidores de moluscos y la enfermedad entérica viral (incluyendo las Shigeloides) que expone a esta gente a un riesgo muy elevado. Las enfermedades son así heridas infligidas a uno mismo.

 

Ciertas infecciones de heridas del tejido blando por la vibrionácea de estuario también han causado la muerte de algunos. El consumo de moluscos y de otras especies impuras parece ser una locura o, en el mejor de los casos, una forma de ruleta rusa. La destrucción sistemática por el Hombre de su medio ambiente terminará por destruir, al fin de cuentas, el delicado ambiente del que tira su subsistencia. En el medio marino, la distinción entre las especies puras e impuras se convertirá en algo quizás académico, puesto que es posible que ninguna sobreviva.

 

Las Enfermedades del Corazón

La reciente investigación en Japón, respecto de la relación entre la esclerosis de la aorta y los metales en los ambientes biogeoquímicos, muestra que una acumulación marcada de calcio (Ca) y de fósforo (P) había sido registrada en una parte esclerótica de una aorta, pero que las proporciones de Ca/P eran mucho más pequeñas que en la de las aortas sanas y las vértebras lumbares. Las concentraciones de oligoelementos del zinc (Zn), del plomo (Pb), del cobre (Cu), del níquel (Ni), del estaño (Sn), del manganeso (Mn) y del cadmio (Cd), en las partículas en suspensión de los 169 principales ríos de Japón, eran manifiestamente altas en la zona del noreste, donde las proporciones de sulfato / carbonato de calcio (SO4/CaCO3) en las aguas eran altas y la tasa de mortalidad por apoplejía era elevada. La proporción Ca/P es manifiestamente más pequeña en los productos alimentarios que producen ácidos, como la carne y los cereales, que en los productos alimentarios que producen álcalis, como las verduras y frutas. La cantidad de metales en la aorta esclerótica está en correlación positiva con el consumo excesivo tanto de oligoelementos como de sustancia que forman ácidos, como el SO4 y el P, del ambiente biogeoquímico (Teraoka, Japón, 1984, tal como citado en ASFA, Pt. 1, Vol. 15, Nº 6).

 

Se demuestra entonces que un régimen equilibrado de carnes, verduras y frutas es más sano para el corazón que el vegetarianismo no equilibrado (el consumo excesivo de oligoelementos, que afectan al corazón, se deduce también del consumo de moluscos). Es probablemente por esta razón, entre otras, que Pablo hace comentarios sobre la aberración del vegetarianismo de los últimos días, en 1Timoteo 4:1-3, en donde dice:

1Timoteo 4:1-3 Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios,

 

El versículo 3 dice:

Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó, (RV)

 

Estas dos aberraciones no van siempre juntas (ver el estudio El Vegetarianismo y la Biblia [183]).

 

La carne contiene cantidades naturales de vitamina B12 que no puede ser reemplazada en un régimen vegetariano. El cuerpo puede resistir algunos años al vegetarianismo sin efectos serios, pero después de eso, se producen efectos sobre el cerebro y súbitos desequilibrios del corazón.

 

La eliminación de las grasas, que es una sustancia prohibida bajo las leyes de la alimentación, reduce al mínimo las enfermedades del corazón y la prohibición del consumo de sangre mejora aun más el sistema del cuerpo.

 

La Organización de la Comunidad de las Naciones de la Investigación Científica e Industrial (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation), en Australia, está empezando a examinar el concepto de ocurrencia natural de toxinas en nuestros alimentos, y los doctores Fenech y Dreosti estaban analizando este problema cuando este estudio fue escrito. Además, el doctor Robert Scheuplein, el toxicólogo en jefe del órgano de certificación de los alimentos y medicamentos de Estados Unidos (United States Food and Drugs Administration), evaluó recientemente que el 98% de las causas de cáncer en nuestro régimen son naturales.

 

En 1990, el doctor Dreosti dijo que:

Hay una variedad de toxinas que se producen naturalmente en las plantas, y algunas son más poderosas que los pesticidas producidos por el Hombre, pero hasta ahora hemos tendido a olvidarlo (The Weekend Australian, del 18-19 de agosto 1990, p. 7).

 

La mayoría de las plantas poseen quinonas, las papas contienen alcaloides glyce, los cereales, la leche, la grasa, los huevos y la miel contienen alcaloides de la pirolizidina y los alcahuetes contienen aflatoxinas. La alfalfa y los brotes de alfalfa contienen ésteres de forbol y gran cantidades de vitamina K que espesa la sangre, aumentando así la capacidad de coagulación sanguínea y por lo tanto el riesgo de enfermedades del corazón.

 

Los productos alimentarios contienen varias substancias para neutralizar las toxinas o los venenos naturales y se sabe poco acerca de los equilibrios relativos. Lo que es cierto, sin embargo, es que el aumento de los contaminantes del tipo metales pesados y el vegetarianismo no equilibrado implican concentraciones de tipos de alimento y, a partir de ahí, resultan toxinas específicas. Eso podría bien tener como consecuencia el sobrecargar los sistemas de reparación del cuerpo y contribuir a la causalidad del cáncer en la estructura del ADN, así como en las enfermedades del corazón, a partir de la acumulación de toxinas y de metales pesados.

 

Los métodos de cocción, en particular los alimentos demasiado cocidos o quemados, pueden también destruir substancias benéficas y producir substancias cancerígenas.

 

Conclusión

Toda investigación adicional reforzará la posición bíblica y probará probablemente que Pablo tiene razón y que las leyes de la alimentación son absolutas.

 

El objetivo importante de las especies impuras no es de servir de alimento a los humanos, sino más bien de ser una fuente de alimentación para las especies puras y ser una parte integrante del medio ambiente. La capacidad de filtración de los moluscos y la capacidad de producción alimentaría del ambiente de estuario están en un equilibrio delicado. Debe ser protegido. La observancia de las leyes de la alimentación asegurará que el equilibrio sea mantenido. Aun más importante, asegurará que el medio ambiente sea protegido y mantenido limpio, provisto que controlemos otros contaminantes. Dios nos dio este planeta para cuidarlo y conservarlo, no para destruirlo. 

 

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