Iglesias Cristianas de Dios

 

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Diezmando [161]

 

(Edición 4.0 19960310-20060513)

 

 

El diezmo es común en muchas religiones. Algunos líderes han hecho demandas altas a sus seguidores, a veces predicando sobre tres diezmos distintos. Este artículo investiga sobre el diezmo en la Biblia y extrae conclusiones relevantes para los judíos y los Cristianos hoy. Las personas que han pagado tres diezmos están a punto de experimentar algunas sorpresas agradables.

 

 

 

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Diezmando [161]

 


La ley del diezmo no es una ley aislada. Es un tema central para la fe y para los elegidos y es una de las señales de los elegidos.

 

El Pacto de Dios está asociado directamente al primer mandamiento (vea el artículo El Primer Mandamiento: El Pecado de Satanás [153])http://www.logon.org/english/s/p153.html. Los signos del Pacto están relacionados directamente con el primer mandamiento y el culto y el conocimiento del único y verdadero Dios (Juan 17:3; 1Juan 5:20). Las señales del Pacto de Dios comienzan con las señales de la circuncisión y la Pascua en el Antiguo Testamento. El Sábado es el cuarto mandamiento, surgiendo del primero, y es el último elemento en el primer y gran mandamiento que concierne al amor de Dios.

 

(Vea los artículos La Ley y el Cuarto Mandamiento [256] y El Primer Gran Mandamiento [252]).

 

Mateo 22:36-39 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la Ley? 37 Jesús le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (RV)

 

Este gran mandamiento fue establecido desde Deuteronomio 6:5 y es el elemento central de la ley. Todas las otras leyes proceden de esta ley y todas se basan en ella (vea también a Marcos 12:28-34; Lucas 10:25-28).

 

El Pacto de Dios requiere la dedicación de los miembros del Israel físico y espiritual. Israel fue seleccionado y apartado por Dios como una nación con un número de señales. Los primeros elementos fueron las señales de la circuncisión y la Pascua. El Sábado también era una de las señales (Éxodo 20:8,10-11; Deut. 5:12) entre nosotros y Dios quién nos santifica (Éxodo 31:12-14). La Pascua, incluyendo la Fiesta de los Panes sin Levadura, era una señal o sello (Éxodo13:9,16) que fue, y es, un signo de la ley del Señor (Deut. 6:8) y de Su redención de Israel (Deut. 6:10). A partir del Nuevo Testamento esta redención se extiende a todos los que están en Cristo (Romanos  9:6; 11:25-26).

 

La redención de Israel era del primogénito del vientre y, por lo tanto, era del primogénito de la mujer y no del varón. Esta dedicación de todo Israel fue establecida como el rito de circuncisión y, por sí mismo, señalaba hacia el bautismo como la señal principal. La Pascua incluía la Cena del Señor que se convirtió en el elemento principal de la fiesta a partir del Nuevo Pacto. No obstante, era requerida la observancia de toda la Pascua, y así fue guardada, aunque algunas veces de forma inapropiada (Deut. 16:4-8; 1Corintios 11:1 y sig.; 2Pedro 2:13; Judas 12).

 

La circuncisión debía ser del corazón (Deut. 30:6; Jeremías 4:4) y no simplemente física (Génesis 17:11; Deut. 10:16). El establecimiento de la Pascua como la segunda señal se extendía desde la Cena del Señor en el día de preparación a través de toda la fiesta (en conformidad con Deut. 16:4-8). El Sábado era la tercera señal de los elegidos como la nación física. Por lo tanto, Judá podría guardar el Sábado y aún así, no lograr la vida eterna hasta después de la segunda resurrección, quedando excluido del Segundo Pacto (vea también el artículo Lazaro y el Hombre Rico [228]). El Sábado es el signo externo renovable semanalmente de las señales internas del Pacto que son el bautismo, el Espíritu Santo, el lavamiento de pies, el pan y el vino de la Cena del Señor, los cuales eran señales renovables anualmente de la relación de Pacto establecida en el bautismo y recepción del Espíritu Santo (vea el artículo El Pacto de Dios [152]).

 

El Sábado es una señal tanto del Israel físico como el espiritual. Así que, se puede observar el Sábado y estar en el Israel físico y aún así no estar en la primera resurrección como parte de los elegidos espirituales.

 

La sangre del Pacto fue establecida desde el Pacto hecho con Abraham en Génesis 15:7-21. Abraham pasó entre las dos mitades de los animales matados como una indicación del Mesías que habría de venir. Cristo era el liberador del Pacto quién fue el mediador.

 

Cristo tuvo que morir para redimir la creación. La traición al Pacto significaba la muerte. Moisés representó esto mediante sus acciones en el Sinaí donde él roció el altar y las personas dando a entender que la Expiación permanecía por entero en Dios y que la pena por apostatar del Pacto era la muerte y, a través de esta muerte, el sacerdocio era santificado (Éxodo 24:6-8; 29:10-21) y con ellos la nación.

 

Así, la sangre es símbolo del regalo supremo y de la pena extrema de muerte y sacrificio en expiación. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Así, se paga con la muerte por los crímenes que dan como resultado la muerte.

 

Quitar la vida es prerrogativa de las autoridades, para que por el hombre sea su sangre derramada (Génesis 9:6). Pablo dice del magistrado que ejecuta tal pena: Porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo (Romanos 13:4), la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). El primer mandamiento requiere el establecimiento de la ley de Dios sobre todo, de pensamiento y de hecho, según surge de Él. Esto se aplica a los alimentos, al derecho civil, a la autodefensa ya sea nacionalmente, en la guerra, o individualmente. La sangre sólo puede ser derramada en conformidad con la palabra de Dios. Lo que es establecido por Dios no puede ser contradicho por el hombre sin pecado. Así el vegetarianismo, la no-violencia o aun el pacifismo en su forma extrema, todos impugnan las leyes de Dios y tratan de elevar al hombre y su ley al mismo nivel de Dios.

 

La expiación para el pecado es vida por vida y esto no puede ser dado por hombre (Salmo 49:7-8; Marcos 8:36-37). La vida de cada hombre es penalizada por su propio pecado y toda vida es de Dios (Salmo 50:9-10). Dios por eso provee la sangre de expiación (Levítico 17:11), lo cuál Él ha hecho en el Mesías y el Pacto. El sacrificio es por lo tanto el fruto de la gracia y no la base o raíz de la gracia.

 

La circuncisión y, más tarde, el bautismo significaron la elección para el Pacto. La Pascua celebra la redención de Israel del mundo y del pecado. Los aspectos duales son de redención física y espiritual incluyendo por ende la Cena del Señor y la Noche de Observar (o la Pascua verdadera), para la cual el Mesías fue el Cordero matado (vea los artículos La Cena del Señor [103], La Pascua [098] y La Noche a ser Muy Recordada [101])http://www.logon.org/english/s/p101.html. La sangre se requirió tanto para lo caídos de Egipto, por su descreimiento, como por los elegidos de Israel.

 

Por lo tanto la sentencia en contra de Egipto era una sentencia en contra de toda la humanidad. Israel también estaba bajo pena de muerte. La redención de Israel era la redención de todos por medio del cordero de Pascua. Los judíos (que comprenden a Judá, Leví y parte de las otras tribus) fueron sentenciados a muerte en Mateo 24 y destinados a la destrucción por desobediencia o traición en contra del Pacto. Judá fue enviado a la dispersión y destrucción porque no guardaron la Ley de Moisés; la pervirtieron. La Iglesia fue redimida y salvada de esta destrucción (vea el artículo El Pacto de Dios [152]). La redención fue así una redención espiritual y física que se refleja en la secuencia de acontecimientos de la Cena del Señor por medio de la Pascua hasta el primer día santo de los Panes sin Levadura, apartando la levadura de recelo y maldad y cambiándola por el pan ácimo de sinceridad y verdad (1Corintios 5:7-8). A esto sigue la resurrección – después de la cuál Cristo fue presentado como la Ofrenda de la Gavilla Mecida o los primeros frutos de Israel. El Mesías fue así el primogénito sacrificado como santo al Señor y siendo entonces el primero del sistema del diezmo en su forma física y espiritual suprema (vea el artículo La Ofrenda de la Gavilla Mecida [106b]).

 

Continuando con los requerimientos del primer mandamiento vemos que a la nación y a la Iglesia se les requería santificar a su pueblo y sus productos para el Señor Dios como parte del Pacto. El primer elemento fue lo de los primogénitos tanto de hombres como de bestias. Sin embargo, todos los varones fueron circuncidados y las hijas eran hijas del Pacto desde su nacimiento y desde el sacrificio de purificación (vea el artículo Purificación y circuncisión [251]). La Pascua era tomada por todos los niños y los desconocidos dentro de las puertas. El servicio fue diseñado de modo tal que los más jóvenes pudiesen preguntar ¿Qué significa esta ceremonia? (Éxodo 12:26). Esto contrasta con la Cena del Señor que sólo involucraba a los discípulos bautizados del Mesías.

 

Hay entonces una distinción entre la santificación física de Israel bajo el Pacto y su liberación de cautividad y la redención espiritual de Israel de la muerte.

 

La incapacidad de comentaristas como Rushdoony para comprender la dualidad de la fiesta de Pascua sobre los dos primeros días limita su capacidad para entender el significado de la inclusión de los niños en la Pascua y la exclusión de la Cena del Señor de niños y no bautizados, aunque sí presentes en la fiesta y las comidas.

 

Este error luego los induce al dilema lógico que da por resultado el bautismo de infantes (véalos a Rushdoony The Institutes of Biblical Law (Los Institutos de Leyes Bíblicas), Presbyterian and Reformed Publishing Company (Compañía Editorial Presbiteriana y Reformada), USA, 1973, p. 46-47). Este error parece resultar también de una mala interpretación del problema de la fiesta de Pascua mencionada por Pablo en 1Corintios 11, dónde había familias presentes (ref. Deut. 16:4-7). Además, la así llamada comunión del pan y el vino tradicionalmente ha sido denegada a jóvenes bautizados hasta confirmados como un adulto aún en los sistemas Ortodoxos que practican el bautismo de infantes. Esta práctica resulta de una adaptación del sistema original cuartodecimana de Pascua (vea el artículo Las Discusiones Cuartodécimanas [277]).

 

El Nuevo Pacto específicamente manifiesta que los niños son santificados en los elegidos. Los elegidos son santificados (1Corintios 6:2) por Dios el Padre, y guardados en Jesucristo (Judas 1). Los santos son santificados por Dios a través de la sangre del Pacto (Hebreos 10:29) y el cuerpo de Jesucristo (Hebreos 10:9-10). Así, el Espíritu Santo es un espíritu de nuestro Dios y, a través del nombre de Jesucristo, los elegidos son entonces santificados y lavados por su sacrificio continuando en la fe a través de Dios con Su Espíritu (Hechos 26:18).

 

A los elegidos les es concedido el perdón a través de la gracia y ellos mantienen su posición a través de la fe – así santificándose unos a otros tanto en la Iglesia como en las familias (1Corintios 7:14). Así el esposo incrédulo y los niños son santificados en los elegidos. Los elegidos son santificados en el cuerpo de Cristo, siendo un cuerpo en Cristo (Romanos 12:5; 1Corintios 12:20-27). Así la santificación no depende de estructuras corporativas sino que depende del bautismo y recepción del Espíritu Santo. Si los niños pudiesen ser bautizados su santificación no fluiría del progenitor convertido; sería intrínseca. No es intrínseca, depende del padre convertido; por consiguiente el bautismo infantil es inválido.

 

Como parte de este proceso de santificación y dedicación bajo el Pacto, los primogénitos están consagrados como santos para el Señor.

 

Éxodo 13:1-2 Jehová habló a Moisés y le dijo: 2 Conságrame todo primogénito. Todo lo que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, mío es. (RV)

 

Éxodo 13:11-16  Cuando Jehová te haya llevado a la tierra del cananeo, como lo ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la haya dado, 12 dedicarás a Jehová a todo aquel que abre la matriz. Asimismo, todo primer nacido de tus animales, si es macho, será de Jehová. 13 Pero todo primogénito de asno lo redimirás con un cordero; y si no lo redimes, quebrarás su cuello. También redimirás al primogénito de tus hijos. 14 Y cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: "¿Qué es esto?", le dirás: "Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre; 15 y cuando se endureció el faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia. Por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos. 16 Te será, pues, como una señal en la mano y como un memorial delante de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte". (RV)

 

Éxodo 22:29-30  No demorarás en traerme la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos. 30 Lo mismo harás con el de tu buey y el de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás. (RV)

 

Los varones de Israel son circuncidados en el octavo día y puestos en relación de convenio con Dios y en el octavo día, estos temas sacrificatorios representan esa relación. Ahora comenzamos a ver que esta introducción que trata acerca del primogénito y el primer mandamiento y la relación con Dios tiene una relación directa con los primeros frutos y el sistema del diezmo. El sistema del diezmo se relaciona enteramente a nuestra relación con Dios, como parte de Israel, y representa la relación de la Iglesia con Dios para la primera resurrección.

 

El concepto de los primeros frutos está relacionado con las leyes de redención y la conexión es clara. La redención es mediante el Cordero. Este era el ser que fue el Ángel y Elohim que redimió a Israel e iba delante de ellos (Génesis 48:15-16; Zacarías 12:8). La observancia de esta ley es también un signo de los elegidos.

 

Éxodo 34:19-20  Todo primer nacido, mío es; y todo macho de tu ganado que sea primogénito de vaca o de oveja. 20 Pero redimirás con un cordero al primogénito del asno; y si no lo redimes, lo desnucarás. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y nadie se presentará ante mí con las manos vacías. (RV)

 

Por lo tanto las ofrendas son obligatorias. Nadie puede santificar al primogénito, es del Señor.

 

Levítico 27:26 Pero el primogénito de los animales, que por la primogenitura es de Jehová, nadie lo dedicará; sea buey u oveja, de Jehová es. (RV)

 

El nexo entre el primogénito, las fiestas y los Sábados también es claro.

 

Deuteronomio 15:19-20 Consagrarás a Jehová, tu Dios, todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas. No te servirás del primogénito de tus vacas ni trasquilarás al primogénito de tus ovejas. 20 Delante de Jehová, tu Dios, los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escoja. (RV)

 

El primogénito está ligado al sistema del diezmo tanto por redención como por el segundo diezmo. Así, el primogénito es santo porque está ligado al plan de salvación tal como se ve mediante el sistema de las fiestas.

 

Romanos 11:16  Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. (RV)

 

La redención es física y espiritual. Israel fue entregado en esclavitud a Egipto tanto físicamente como espiritualmente estando bajo pecado en esclavitud. La redención del hombre está por lo tanto ligada a su vida espiritual y su orden social. La creación toda habrá de ser redimida finalmente (Romanos 8:20-21) y por esto el reinado milenario de Jesucristo también debe involucrar a seres humanos físicos dentro del orden social tal como fue descrito en el Sinaí. Esa ley del Sinaí era perfecta. Algunos aspectos (como el divorcio) fueron admitidos por la dureza de los corazones de Israel.

 

El primogénito es de la madre y no del padre como hemos visto (Éxodo 13:2). Tradicionalmente más de una esposa le era permitido al hombre promedio y al rey se le permitían aun más (cuatro (mYeb 4:11; mKet. 10:1-6; y también el Corán) o cinco (mKer. 3:7) esposas dependiendo de las autoridades (vea también mKid. 2:7; mBkh. 8:4); y dieciocho para el rey (mSanh. 2:4)). La secta Qumran opinaba que tanto reyes como plebeyos deberían ser monógamos; Ver Schurer, The History of the Jewish People in the Age of Jesus Christ (La Historia del Pueblo Judío en la Era de Jesucristo), Vol. I, p. 320, n. 125). El Nuevo Testamento limita a una esposa a los ancianos y los diáconos (1Timoteo 3:2,12). El primogénito es así santificado y dedicado, aunque sea de un matrimonio polígamo y / o nacido también bajo la ley del deber familiar para la esposa de un hermano (Deut. 25:5-6). Zorobabel fue así santificado porque él nació de una relación tal (vea el artículo La Genealogía del Mesías[119]).

 

Es importante que Zorobabel figure en esa lista por su significado en la estructura del edificio del Templo.

 

Al tratar con Israel bajo Egipto, Dios colocó a todo primogénito de Egipto, tanto hombre como bestia, bajo la pena de muerte. Con Israel Él hizo a la nación entera Su primogénito.

 

Éxodo 4:22-23  Entonces dirás al faraón: "Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva; pero si te niegas a dejarlo ir, yo mataré a tu hijo, a tu primogénito". (RV)

 

Este acto de redención confirmó a Israel como miembro del Pacto. Así hombre y bestia se convirtieron en posesión de Dios por adopción. A través del pecado, Israel mereció morir como Egipto mereció morir. Esto fue simbolizado por la demanda de Dios a Abraham de que sacrificara a Isaac. Sin embargo, Dios (a través del Ángel de Jehová (o Yahovah) proveyó el sacrificio en su lugar y de hecho fue simbolizado por ese sacrificio como el redentor. Así la vida está involucrada en sacrificio como la idea que la vida es sacrificada en el mantenimiento o la restauración del hombre a Dios en un contexto religioso, ya sea por medio de la consagración o la expiación. El hombre en el pecado está descalificado de ofrendar el don de su vida en su persona. Así, Cristo reconcilió a la humanidad a Dios para que luego pudiesen continuar con ese acto de auto-sacrificio sobre una base de continuidad (vea también el artículo El Propósito de la Creación y del Sacrificio de Cristo [160]).

 

El concepto de dar el primogénito a Dios en el octavo día era como un sacrificio donde el individuo mantenía la relación con Dios. La tribu de Leví fue creada como el primogénito substituto devoto a Dios (Números 3:40-41). Esto apunta también hacia nosotros como los verdaderos primogénitos de la orden de Melquisedec. Los animales eran dados a menudo a los sacerdotes. Sin embargo, el sacrificio diario no podía ser hecho por el sacerdote solamente. La nación fue dividida en veinticuatro divisiones como lo fueron los sacerdotes y esta tenía individuos en servicio en Jerusalén sobre los turnos de sus divisiones tal como tenía el sacerdocio (esto era un símbolo indicando la posterior orden de Melquisedec como los elegidos). Las divisiones se reunían en sus tribus, estando también la mayoría distantes del Templo cuando las divisiones estaba de servicio en Jerusalén (Schurer, Ibíd., Vol. II, p. 292-293). El sacrificio es así parte integral del culto diario pero involucra a la nación entera por divisiones. Las ofrendas de las divisiones nacionales eran mediante la oración y el estudio de la Biblia además del sacrificio. El sacrificio fue substituido en Cristo pero los otros elementos, de oración y estudio de la Biblia y devoción diaria, no fueron substituidos ni eliminados. Desde esta posición es por lo tanto imposible que un sacerdocio de elite excluya a la congregación del sacrificio y el sistema de culto – por ejemplo, reteniendo el vino en la Cena del Señor y, por extensión, dentro del sistema de comunión.

 

La circuncisión del octavo día u ofrenda era al mismo tiempo una reiteración de la relación de Pacto del progenitor. Esto es donde se originó la idea del bautismo infantil. Originariamente se vinculaba a la legislación del sacrificio por el primogénito y la circuncisión como una promesa de Pacto de parte de los padres. Mientras este aspecto podría ser uno de dedicación, no podría tomar el lugar del bautismo y conversión. Por esto los actos de confirmación vinieron a ser substituidos por el bautismo adulto, porque el individuo aisladamente debe hacer la decisión y, por lo tanto, debe ser bautizado en el arrepentimiento. Un infante lógicamente no puede arrepentirse ni puede hacer un compromiso informado. Por lo tanto otra ficción tuvo que ser inventada, a saber, el padrino.

 

La cuota para la redención de las personas era especificada por ley y no era onerosa (Levítico 27:1-8). La redención está dividida en cuatro categorías basadas en la edad y el sexo. Éstos son un mes-5 años, 5-20 años, 20-60 años, y más de 60 años. Los listados siguen un orden de años, primero los de 20-60, seguidos por los de 5-20 años. Sigue después porque, tal como dice Stone en el Chumash, incluye a los por encima de la edad del Bar-Mitzvah (ceremonia judía a los 13 años) quiénes por lo tanto son técnicamente adultos. La valuación de la categoría de 20-60 años es determinada en cincuenta siclos sagrados, reduciéndose a treinta para una mujer. Parece que estas cuotas tienen alguna relación con el límite de tiempo del Jubileo (o sea de 20 años +50=70) y la aptitud de estos individuos de llegar a la santificación, basada en su capacidad de pago. Ninguna persona, no importa cuán pobre o dependiente sea, puede quedar excluida porque había un sacerdote especialmente asignado para evaluar al individuo para la santificación basado en la necesidad. La gana de hacer una comparación entre santificación y bautismo y los niveles de desarrollo y, por lo tanto, el juicio basado en la edad y llamado es ineludible.

 

Los animales apartados como santificados para ser usados como ofrendas no podían ser redimidos o usados para ningún otro propósito (vea el Chumash de Stone, n. al Levítico 27:9-13).

 

Dios asocia Su derecho sobre los primogénitos de Israel con la muerte de los primogénitos de Egipto (Números 8:16-17). Números 8:18 establece a los Levites como los substitutos primogénitos y los detalles específicos de la sustitución son dados en Números 3:11-13, 44-51. Los detalles sobre manadas y rebaños son dados (Éxodo 13:11-13; 22:30; 34:19-20; Levítico 27:26-27; Números 18:15-17). Los Levitas se convirtieron en los substitutos primogénitos como un prototipo de los elegidos dentro del sacerdocio de Melquisedec. Solo los elegidos afrontan la primera resurrección y, por lo tanto, son los primogénitos con Jesucristo para el sistema milenario.

 

En Números 18:15-17, hemos visto que los primogénitos no pueden ser redimidos mas deben, con el diezmo del vino del grano y del aceite, constituir parte del segundo diezmo según Deuteronomio 14:23; 15:19-22.

 

Deuteronomio 14:22-23  Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rinda tu campo cada año. 23 Comerás delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová, tu Dios, todos los días. (RV)

 

El sistema del diezmo está así de modo inextricable ligado a la dedicación de Israel a Dios bajo el Pacto, tanto físico como espiritual;  Viejo y Nuevo, o Primer y Segundo Pacto. En esto también los diezmos mismos representan los dos elementos del Pacto. El primer diezmo está dedicado al sacerdocio dentro de la nación. El segundo diezmo está dedicado al individuo para la participación en las fiestas como parte de las cosechas bajo el Segundo Pacto como sacerdotes y reyes (vea a Apo. 5:9-10). El tercer diezmo es para permitir que los menos afortunados puedan tomar su lugar en el orden de Melquisedec como reyes y sacerdotes bajo Mesías. Así el segundo diezmo, como veremos, es convertido al tercer diezmo y es de hecho uno y mismo diezmo.

 

Rushdoony cita a Waller con relación al segundo diezmo mencionado aquí en versículos 22-23 y también con relación al tercer diezmo en el versículo 28.

 

Deuteronomio 14:28 Al cabo de tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. (RV)

 

Él cita a Waller (vea Ellicott II, 44 ).

 

(22) Usted verdaderamente diezmará, - El Talmud e intérpretes judíos en general están de acuerdo en la visión de que el diezmo mencionado en este pasaje, tanto aquí como en el versículo 28, y también el diezmo descrito en el cap. xxvi, 12-15, son una misma cosa - "el segundo diezmo"; Y completamente distintos del diezmo asignado a los Levites para su subsistencia en Núm. xviii, 21, y a su vez diezmado por ellos para el sacerdote (Núm. xviii, 26)...

 

(23) Y comerás ante el Señor tu Dios – es decir, usted comerá el segundo diezmo. Esto se debía hacer dos años; Mas en el tercer y sexto año había una disposición diferente (vea verso 28). En el séptimo año que era Sabático probablemente no habría diezmo, por que no habría cosecha. La ganancia de la tierra era para todos y todo el mundo tenía libertad de comer a voluntad...

 

(28) Al final de tres años traerás todo el diezmo. - Esto es llamado Ma'aser ' Ani "el diezmo del hombre pobre" por los judíos. Lo consideran idéntico al segundo diezmo, el cual ordinariamente era comido por los dueños en Jerusalén; Pero cada tercero y sexto año era otorgado a los pobres (Rushdoony, Ibíd., p. 50).

 

Rushdoony cita a P. W. Thompson All the Tithes or Terumah (Todos los Diezmos o Terumah) (The Covenant Publishing Co., London, 1946, p. 19) en apoyo de la argumentación que este segundo diezmo no era estrictamente una décima parte ya que una segunda décima no se apartaba del ganado especificado sino que "los primogénitos toman el lugar del segundo diezmo de los animales" (Ibíd.).

 

La RSV dice que debe ser traído al final de cada tres años.

 

Deuteronomio 14:28-29 Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. 29 Allí vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, el extranjero, el huérfano y la viuda que haya en tus poblaciones, y comerán y se saciarán, para que Jehová, tu Dios, te bendiga en toda obra que tus manos hagan. (Traducción de la RSV)

 

Esto sería para el tercer y sexto año, no teniendo diezmo el séptimo año y el año del Jubileo. Sin embargo, el Texto Masoretico no tiene la palabra cada, meramente indicando al final del tercer año. La RSV parece haber insertado esta palabra basado en la tradición. Esto sigue la traducción Soncino que suma la palabra cada en el inglés. La Biblia Interlinear de Green omite la palabra y el texto principal muestra que está ausente en el hebreo. Así, el único año seguro es el tercero del ciclo Sabático. Nachmanides y Abraham Ibn Esdras opinaban que el segundo diezmo era convertido en el tercer diezmo el tercer año del ciclo. La Soncino indica que esta interpretación es de acuerdo con la tradición (n. al v. 28).

 

La edición de Stone del Chumash, Mesorah Publications, 1994 nota el segundo diezmo en estos versos:

 

El 22-27 El segundo diezmo. Después de que el terumah, o la porción del kohen, y el diezmo del Levita han sido removidos de lo cosechado, el dueño debe separar el segundo diezmo, el tema de este pasaje. Es tomado en el primer, segundo, cuarto, y quinto año del ciclo Shemittah de siete años. Durante el tercer y sexto año, un diezmo es tomado en lugar de eso para distribución para los pobres. Durante el séptimo año, ninguno diezmo de cualquier tipo es tomado.

 

22... usted diezmará. Midrash Tanchuma nota la yuxtaposición del mandamiento para diezmar y el mandamiento previo. La Tora da a entender que si usted deja de dar los diezmos requeridos, usted hará que Dios traiga el viento caliente y seco del este, para "cocinar" las semillas blandas de grano mientras están todavía en el tallo con su madre (Rashi).

 

Tanchuma hace comentarios adicionales que la segunda parte de este verbo compuesto que puede ser leído… usted se hará rico. Así la Tora imparte la enseñanza que si usted da diezmos, usted se hará rico, en absoluta contradicción a los que afirman que no pueden contribuir a la caridad porque temen hacerse pobres. Este mismo concepto - que el diezmo aumentará la abundancia del donante, no la disminuirá - es encontrado a otro sitio en la Escritura:  Dios dice: Traed el diezmo a la bodega... y probadme ahora en esto, si no os abriré las ventanas del cielo y derramaré una bendición sobre vosotros (Malaquías 3:10).

 

El Diezmo del Diezmo

 

Hay así un primer y un segundo diezmo. El primer diezmo es pagadero al sacerdocio. Bajo el Antiguo Pacto era pagadero a los Levitas que a su vez pagaban un diezmo del diezmo al sacerdocio del templo (Números 18:26; 10:38). El diezmo era recolectado sobre la base de un área y administrado en una base local. Sólo el diezmo del diezmo era para el sacerdocio del templo. El segundo diezmo sirve para las fiestas en el lugar designado para tal propósito (Deut. 14:22-23). También era compartido con los menos afortunados, pero predominantemente con la clase Levítica sin tierras (Deut. 14:27). El segundo diezmo era entregado enteramente a los pobres al final del tercer año. Éste era el tercer diezmo. Debía ser convertido en dinero por razones prácticas y por ende tiene relación directa con la sociedad del salario y de contado. Constituía el depósito de socorro para el ciclo sabático. Esto era complementado por los espigueos de los esquineros de los campos (Levítico 19:9) y el acceso sabático a todo lo que creciera de sí mismo.

 

Este texto en Números es interpretado por autoridades judías como que un Levita debe pagar un diezmo a un Kohanim o sacerdote y ese diezmo permanece ceremonialmente puro siendo consumido sólo por él.

 

Números 18:26 Hablarás a los levitas y les dirás: Cuando toméis los diezmos de los hijos de Israel que os he dado como vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos, como ofrenda mecida a Jehová, el diezmo de los diezmos. (RV)

 

Sin embargo en Nehemías vemos que era más que eso – era una directiva específica para un sistema administrativo. Esto específicamente imposibilitaba el establecimiento de un sistema jerárquico cuando era  empleado correctamente.

 

Nehemías 10:37-38 También acordamos llevar las primicias de nuestras masas, de nuestras ofrendas, del fruto de todo árbol, del vino y del aceite, para los sacerdotes, a los depósitos de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían el décimo de nuestras labores en todas las ciudades. 38 Un sacerdote, hijo de Aarón, estaría con los levitas cuando estos recibieran el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a los depósitos de la casa del tesoro. (RV)

 

Del texto en Nehemías 10:37-38 comparado con Números, vemos la confusión sobre el segundo diezmo y los primeros frutos siendo traídos al Templo y ofrecidos allí. Los primeros frutos eran ofrecidos en las fiestas para el sacerdocio. El segundo diezmo le permitía a las personas asistir a las fiestas y estaba específicamente dirigido a ser consumido por los dueños y sus beneficiarios (ayuda a los pobres) en la fiesta. Así, los primeros frutos por definición deben estar separados del segundo diezmo y, por consiguiente, Stone y el Midrash lógicamente no pueden estar en lo correcto. El primer diezmo es dado a los Levitas en una base local pero los primeros frutos están reservados para las cámaras de la casa de Dios. Los primeros frutos de la esquila (Deut. 18:4) y el tributo de masa (Nehemías 10:38) era también dado al sacerdote. Lo mejor de los sacrificios, a saber el pecho y la espaldilla derecha (Levítico 7:30-34), y la matanza usual, a saber la pata delantera, la mejilla y el estómago (Deut. 18:3), era dada a los sacerdotes. El Salmo 30 acompaña a los primeros frutos. Al establecimiento de la clase sacerdotal como una aristocracia rica se contribuyó por la interpretación siempre a favor de los sacerdotes de estas leyes del diezmo;  lo que originó la desconfianza del pueblo. La adherencia a estas interpretaciones tradicionales por parte de los Escribas contribuyó a este crecimiento en riqueza y poder y finalmente subvirtió el sistema (vea a Schurer, Vol. II, p. 257 y sig.).

 

El mantenimiento de la Casa de Dios no era confinado a Jerusalén. Hemos visto en el artículo La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013] que hubo Templos mantenidos en Egipto tanto en Elefantina como en Leontopolis con la sanción de Dios en la profecía. Y más aún Elefantina ayudó con una donación a que el Templo en Jerusalén comenzara otra vez (vea las Cartas Aramaicas referidas en el artículo La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013]). Durante el periodo del Templo hasta el tiempo de Cristo, los Levitas fueron mantenidos por el diezmo en la Diáspora y en Galilea y en todo otro sitio. Así, el diezmo no tiene nada que ver con la existencia del Templo en Jerusalén y no era mandado allá, salvo el diezmo del diezmo, las leyes de los primeros frutos y mediante las ofrendas tomadas del segundo diezmo. Esto ocurrió desde la restauración bajo Nehemías hasta quizá tan tarde como la recopilación de la Mishnah (c. 200 EC), para ese tiempo quizá se convirtió solo en teoría y se transformo en algo diferente en la práctica.

 

Los judíos en la Diáspora fueron confrontados con una interpretación de las leyes del diezmo y, en la dispersión, las leyes - se estimó - sólo regían en la Tierra Santa y, así, las leyes que se referían a las tierras fueron invalidadas por los sacerdotes. Otra cosa que ocurrió es que el sistema del Jubileo se perdió deliberadamente (distorsionado) a fin de que no tuvieran que observarlo, porque daba como resultado una reducción del ingreso cada siete años. Eso fue condonado por los sacerdotes porque ellos tampoco querían perder el ingreso cada siete años. La situación acerca de la administración exacta es ambigua pero Schurer opina que el sistema era mantenido [en su forma bastardeada] por muchos en la Diáspora y muchos enviaban fondos a Jerusalén. A los Levitas se los pasó por alto y la administración fue centralizada bajo el sacerdocio que se apoderó de la administración de los diezmos y estos fueron consumidos por los sacerdotes, sus parientes, servidumbre, e incluso sus esclavos. Sólo lo Mas Sagrado era consumido por los sacerdotes únicamente (vea a Schurer, Vol. II, p. 260-261, 270). Los diezmos no fueron en realidad entregados a los Levitas (Schurer, Ibíd., p. 270). La Mishnah sin embargo da por supuesto que el sacerdote y los Levitas reciban cada uno su parte respectiva del dueño (mM.Sh. 5:6; vea Schurer, n. 46 a p. 270). Esto continúa la práctica establecida bajo Nehemías (Nehemías 10:38-39). Sin embargo, desde el tiempo de Cristo, la práctica había sido distorsionada (Josephus, Vita 12 (63); 15 (80); Ant. xx 8,8 (181); 9,2 (206-207); vea Schurer, Ibíd., notando también a Wellhausen, Ritter, Belkin y Baron). Hacia el tiempo de Cristo, las ofrendas Terumah, eran distintas de los primeros frutos, los cuales vinieron a ser simbólicos, y lo mejor de los frutos del campo y árboles vinieron a ser contados en términos de ingreso personal. Un cincuentavo era el promedio a dar, con un cuarentavo considerado generoso y un sexagésimo considerado mezquino (Schurer, Vol. II, p. 263). Las Terumah eran consideradas como los primeros frutos. Sin embargo, de hecho están relacionadas con el tributo del Príncipe y aproximan el 2% de la cosecha de la cebada. Los sacerdotes no tienen otra base para el tributo de las Terumah. La ley Oral o la tradición se había usado deliberadamente para minar la ley bíblica y en efecto destruyó el poder y la libertad de la ley de Dios, para enriquecer al sacerdocio. Si es usada como una guía para el tributo de los primeros frutos para el sacerdocio, y el primer diezmo es dado a los Levitas con los sacerdotes recibiendo sólo el diezmo del diezmo, el sistema es más equilibrado.

 

Todo este sistema del diezmo fue deliberadamente socavado antes de Jesucristo, después de Nehemías, por los Sacerdotes y el sistema Rabinico lo centralizó con propósitos de poder. Esta fue la razón por la cual fueron enviados en cautividad, porque nada se podía hacer con ellos.

 

El Impuesto del Templo

 

El siguiente elemento del sistema de diezmo era el impuesto del templo. Este arancel específico es mencionado para Expiación. Éxodo 30 trata con el establecimiento del altar, su santificación y la Expiación de Israel. Israel sólo puede ser contado por censo en ese momento y el arancel debe ser establecido según el número de personas por encima de veinte años que hubiesen sido numerados en el censo. El arancel es fijado en medio siclo (a veinte geras por siclo). A nadie le es permitido dar más o menos cuando el impuesto del Señor es recolectado en el tabernáculo de reunión.

 

Éxodo 30:11-16  Habló también Jehová a Moisés y le dijo: 12 Cuando hagas un censo de los hijos de Israel conforme a su número, cada uno dará a Jehová el rescate de su persona al ser empadronado, para que no haya entre ellos mortandad a causa del censo. 13 Esto dará todo aquel que sea censado: medio siclo, conforme al siclo del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo será la ofrenda reservada a Jehová. 14 Todo el que sea censado, de veinte años para arriba, dará la ofrenda a Jehová. 15 Ni el rico dará más ni el pobre dará menos del medio siclo, cuando den la ofrenda a Jehová para hacer expiación por vuestras personas. 16 Tomarás de los hijos de Israel el dinero de las expiaciones y lo darás para el servicio del Tabernáculo de reunión; y será como un memorial para los hijos de Israel delante de Jehová, para hacer expiación por vuestras personas. (RV)

 

Este arancel es un impuesto, y no una ofrenda. Expiación es el único tiempo en que Israel puede ser censado y es para propósitos espirituales y no para  propósitos de defensa. Así, una ofrenda en Expiación está específicamente prohibida y ataca al corazón mismo de la idoneidad del sacrificio expiatorio del Mesías.

 

El Impuesto del Templo y el Tributo del Príncipe

 

La confusión parece existir sobre el medio siclo del templo (o didrachma) y el arancel para la provisión de sacrificios para el culto público administrado por el príncipe. Schurer parece opinar que este impuesto era un arancel post-exilio en reemplazo de la parte de diezmo en Ezequiel. Él dice, al enumerar los merecidos del sacerdote como vinieron a ser recaudados por la tradición en vez de por la ley, que:

 

Todos los merecidos listados hasta ahora constituyen el ingreso personal del sacerdote. De estos ahora deben ser distinguidos los impuestos directamente destinados al mantenimiento del culto público. Lo más importante era el impuesto del medio siclo o didrachma. Un arancel de este tipo no existía antes del exilio porque hasta entonces los gastos de servicio público eran sufragados por el rey (Ezequiel 45:17 y sig., LXX 46:13-15). Pero era pagado ya en el tiempo de Nehemías, aunque en ese tiempo equivalía solo a una tercera parte de un siclo (Nehemías 10:33-34). El incremento a la mitad de siclo sólo pudo haber sido aumentado después de Nehemías. El pasaje relevante en el Pentateuco donde está prescrito el impuesto de medio siclo de valor (Éxodo 30:11-16) debería por consiguiente ser considerado como una adición posterior al Código Sacerdotal. El pago real de este impuesto en el tiempo de Jesús es atestiguado por una fuente fidedigna  (Schurer, Ibíd., p. 270-271).

 

Esta declaración por Schurer es muy extraordinaria. Estriba enteramente en la suposición de la discusión sobre el Código Sacerdotal que divide la autoría de la Tora y descansa en la premisa que Éxodo y Números fueron escritos después del Deuteronomio, Ezequiel y Nehemías (vea esp. p. 258). Asume que la posterior práctica conforme a Éxodo 30:11-16 es prueba que el texto en Éxodo no existía en el tiempo de Nehemías. Esto es un razonamiento erróneo. La restauración de Nehemías consistió en restaurar las leyes tal como se encuentran en el Pentateuco. El texto en Éxodo especifica el peso en veinte geras para el siclo. El sistema babilónico parece haberse basado en divisiones de sesenta (o treinta geras para el siclo – por lo tanto la especificación deliberada en Éxodo). Ese sistema se extendió hasta los Medo-Persas. Eso sería, veinte geras dos terceras partes de un siclo Medo-Persa. En lugar de indicar la inexistencia de Éxodo 30:11-16 en el Pentateuco en el tiempo de Nehemías, parecería indicar que la restauración de Nehemías fue completa y literal. Cuando Judá recobró su independencia, ya no estaba compelida por el sistema Medo-Persa de pesos y medidas sino que pudo implementar el suyo propio. El caso alternativo es que, bajo Nehemías, la reducción al tercer ciclo fue instituida como un alivio en la adversidad pero esto involucraría una alteración a la ley que Nehemías restauraba y por esa razón debe ser denegada. Cualquiera que sea el caso, sin embargo, parecería haber poca evidencia para la suposición de Schurer.

 

El tributo del Príncipe en Ezequiel es para el propósito específico de proveer para las ofrendas en las Fiestas, Lunas Nuevas y los Sábados.

 

Estas ofrendas y la cuota subsiguiente indican que en el tiempo bajo Ezequiel, observar las Fiestas, las Lunas Nuevas y el Sábado era considerado una obligación y que eran días de culto y santos.

 

Ezequiel 45:13-17  Esta será la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada homer del trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer de la cebada. 14 La ordenanza para el aceite será esta: ofreceréis un bato de aceite, que es la décima parte de un coro; diez batos harán un homer (porque diez batos son un homer). 15 Y una cordera del rebaño por cada doscientas, de las engordadas de Israel, para sacrificio, para holocausto y para ofrendas de paz, para hacer expiación por ellos, dice Jehová, el Señor. 16 Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta ofrenda para el gobernante de Israel. 17 Pero al gobernante corresponderá proveer para el holocausto, el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas nuevas, en los sábados y en todas las fiestas de la casa de Israel; él dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel. (RV)

 

Este arancel es dado al príncipe y no a los Levitas y no fue reemplazado por el impuesto. El sacerdocio sostenía que era uno y el mismo porque ellos se volvieron la única autoridad de Judá y la realeza había sido removida. En Ezequiel 46:1-3 vemos que este arancel estaba vinculado al sistema de culto. La puerta oriental del atrio debía ser abierta cada Sábado y Luna Nueva y el gobernante debía asegurarse que las ofrendas fuesen hechas. Por lo tanto las responsabilidades del liderazgo de Israel se extendían hasta la implementación del Sábado y las Lunas Nuevas los cuales eran días de culto y sacrificio.

 

Este diezmo suplementario era aproximadamente dos por ciento de cebada, un por ciento de aceite y medio por ciento de los rebaños. La conversión a términos monetarios debía ser por porcentajes de ingreso. La relatividad era en relación con la productividad de los números. Los rebaños producían menos y debían ser mantenidos. La cebada y el aceite eran cosechas directas. La cebada era la más gravada porque era una cosecha anual y de rendimiento muy superior a las plantaciones de olivos. El arancel así estaba ligado a la ganancia neta en un poco menos que el dos por ciento. Cuando examinamos al arancel de la Terumah, vemos que era aproximadamente una cincuentava parte o 2 % del ingreso personal.

 

De este arancel se hacían las ofrendas públicas del Sábado, Luna Nueva y Fiestas.

 

Las Ofrendas

 

Esto luego nos conduce a la siguiente fase del sistema del diezmo y estas son las ofrendas del individuo. Las colectas semanales en la Iglesia son contrarias a las leyes de Dios. La colecta ordenada por Pablo a la que se refirió como en el primer día de la semana, o domingo, no fue una legitimación del culto dominical o de ofrendas semanales (1Corintios 16:2-4).

 

Esta colecta era para la Iglesia de Jerusalén que estaba en graves apuros. La fecha de esta colecta guardaba relación con el sistema del tercer diezmo, pues era un año de tercer diezmo, y fue establecida en el primer día de la semana, que empezaba al oscurecer en la tarde del sábado, a fin de que el Sábado pudiese ser observado intachablemente, y no para que el domingo pudiese ser un día de culto (vea los artículos El Sábado [031] e La Recolecta [139]).

 

Las ofrendas deben ser hechas tres veces al año. Eso no significa en cada día santo. Significa tres veces al año. Además la colecta debe ser levantada la primera noche de cada fiesta. No puede quedar hasta la mañana. Hay buenas razones para esto. Los pobres y los Levitas tenían que comer y las preparaciones se hacían antes de la fiesta. El Mesías implementará este sistema bajo el Milenio y es parte de la ley de Dios ahora.

 

Las tres temporadas de fiesta y su duración están enumeradas en Deuteronomio 16:1-15. En el versículo 16, vemos que el Señor establece la ofrenda.

 

Deuteronomio 16:16-17 Tres veces cada año se presentarán todos tus varones delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja: en la fiesta solemne de los Panes sin levadura, en la fiesta solemne de las Semanas y en la fiesta solemne de los Tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; 17 cada uno presentará su ofrenda conforme a la bendición que Jehová, tu Dios, te haya dado. (RV)

 

Trompetas no es mencionada en Deuteronomio 16 y en Expiación está estrictamente prohibida una ofrenda. Por lo tanto, tres veces es lo ordenado, y significa tres veces. La relación está ligada a las tres cosechas de Dios: El Mesías como la Gavilla Mecida, los elegidos de la primera resurrección (la cosecha de trigo en Pentecostés) y la cosecha general del mundo en Tabernáculos.

 

La legislación relativa a la colecta se encuentra en Éxodo 23:17-19.

 

Éxodo 23:17-19  Tres veces al año se presentará todo hombre delante de Jehová, el Señor. 18 No ofrecerás con pan leudado la sangre de mi sacrificio, ni la grasa de la víctima quedará de la noche hasta la mañana. 19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová, tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre. (RV)

 

Así, la colecta debe hacerse al comienzo de la primera noche de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Por lo tanto, también son prohibidas más de tres ofrendas. La grasa del sacrificio no debiendo quedar hasta la mañana está en conjunción con el texto sobre la Recolecta. La RSV dice:

 

Éxodo 23:17-19  Tres Veces en el año todos vuestros varones aparecerán ante el Señor Dios. 18 No ofrecereís la sangre de mi sacrificio con pan leudado, ni dejareís la grasa de mi fiesta sobrar hasta la mañana. 19 La primicia de los primeros frutos de vuestra tierra traereís a la casa del Señor tu Dios. No hervirás un cabrito en la leche de su madre. (RSV)

 

La continuidad del texto hace que en el contexto la grasa es la ofrenda de la fiesta. No significa grasa prohibida de consumir bajo la ley. El mismo término se halla en Génesis 45:18 y Nehemías 8:10.

 

Nehemías 8:9-10  Entonces el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras y los levitas que hacían entender al pueblo dijeron a todo el pueblo: Hoy es día consagrado a Jehová, nuestro Dios; no os entristezcáis ni lloréis; pues todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la Ley. 10 Luego les dijo: Id, comed alimentos grasos, bebed vino dulce y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque este es día consagrado a nuestro Señor. No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. (RV)

 

Así la ofrenda debe ser recogida al arribar a la fiesta en su mismo comienzo y en cada una de las tres fiestas.

 

Hay otra razón, en términos de la ubicación incorrecta de Nehemías y Esdras en el reinado de Artajerjes I, porque ese séptimo año del ciclo de tiempo puede ser ubicado en el reinado de Artajerjes II y es un segundo testigo junto con Ezequiel 1:1 para establecer el sistema del jubileo. Por esa razón cambiaron completamente todo y ubicaron mal las setenta semanas de años de Daniel 9:25-27 y mal-ubicaron el comienzo y el reinado de Nehemías con Esdras en el reinado de Artajerjes I, en lugar de Artajerjes II, como tan claramente dicen los antiguos textos judíos. Los antiguos textos judíos ubican al reinado de Esdras como contemporáneo con Alejandro Magno. Esto prueba fuera de toda duda que se trata del reinado de Artajerjes II y no de Artajerjes I y que se trata del fin de Esdras en el 320 AEC (antes era corriente) y no cien años antes. Ese es el segundo testigo para la restauración del calendario.

 

El Año Sabático

 

La legislación de año sabático en Levítico 25:1-7 prohíbe la siembra de los campos o poda de viñas, o de las plantaciones de olivos (Éxodo 23:10). El producto de los campos y las uvas de las vides no serán cosechados en el séptimo año del ciclo. Debe servir como alimento para los dueños, el grupo familiar y los pobres o el extranjero en la tierra.

 

Las deudas también son  perdonadas en los años sabáticos y Jubileos (Deut. 15:1-3). Las tierras son restauradas a sus dueños en el Jubileo. Durante la Fiesta de los Tabernáculos en los años sabáticos también es leída la ley cada día (Deut. 31:9-13; Nehemías 7:73, 8:1-18). El año sabático, como parte del sistema del diezmo, es fundamental para entender la ley.

 

Sin embargo, el Año de Sábado permite que cada persona sea liberada de la obligación legal de trabajar semanalmente a lo largo de todo el año; esto es con la excepción de las Fiestas, los Días Santos y el permiso ocasional del trabajo otorgado por el funcionamiento normal diario de la sociedad. Las personas pueden usar el año de Sábado para el estudio que han elegido emprender y, en particular, estudios bíblicos que no confieren beneficio económico. En un año normal, si un hombre decidiera simplemente tomarse libre el año y no hacer nada, él estaría violando legalmente el Cuarto Mandamiento

 

Por la exigencia de abstenerse de la explotación comercial de la tierra y el cultivo anual durante este año, cada persona está exonerada de producir, por medio del trabajo normal, ingresos anuales sujetos a diezmo. Es un hecho que no todas las personas son agricultores y no todos dependen de los productos de la tierra. Dentro de la sociedad actual, la mayoría de la gente trabaja en base regular y sólo muy, muy pocos son lo bastante privilegiados como para que se les otorgue permiso Sabático pagado. Sin embargo, esto no limita la aplicación de la Ley o su interpretación para efectos de derechos del individuo conforme a Ley. Es decisión del individuo si es que trabaja o no para contar con ingresos, que no provengan de cosecha comercial.

 

Dios nos dio la promesa que nos daría una cosecha triple en el año que preceda al Sábado y el Año de Jubileo. Esto era para asegurar el diezmo o los ingresos diezmables suficientes disponibles para permitirnos guardar el Año de Sábado y el Año de Jubileo. Esto sigue cada ciclo normal de Sábado, donde el Año de Sábado es permitido por la gracia de Dios en el Sexto Año o, a veces, hasta a partir del Quinto Año.

 

Hay así un mayor grado de libertad ofrecida al individuo en el Año de Sábado y, en consecuencia, el sistema de diezmo para el Año de Sábado está hecho de forma más libre que de otra manera sería experimentado. Así que, al individuo se le permite determinar la combinación de sus cosechas entre lo que crece de por sí y lo que son ingresos reales ganados. Por lo tanto, es responsabilidad propia del individuo el determinar lo que constituye ingresos sujetos a diezmo.

 

Así, también somos libres de proporcionar a la Iglesia, a su trabajo, a su ministerio y a los pobres a su cargo sobre la base de ofrendas. Depende de cada individuo determinar qué ha sido separado del ingreso del Segundo Diezmo de los seis años anteriores y qué estará disponible en el Séptimo Año. En Años de Sábado, todas las sumas de dinero pagaderas a la Iglesia son clasificadas como ofrendas.

 

Se requiere que todas las personas determinen los ofrecimientos que dan a la Iglesia tomando en cuenta lo que han ganado, lo que han recibido por beneficio imprevisto, y lo que han recibido de fondos retirados de los ahorros del Segundo Diezmo de años anteriores. Así, pueden trabajar o no. Son libres de determinar sus ingresos y gastos, y las cantidades que proporcionan a la Iglesia para sus operaciones.

 

La razón principal detrás de la no-aplicación del sistema sabático a la Tierra Santa, por los judíos en la Diáspora, era a fin de que no tuviesen que dejar descansar sus campos en el año sabático. Los sacerdotes lo condonaron pues aumentó la renta. Esa también ha sido la motivación en la sociedad moderna y la Iglesia.

 

Año de Remisión

 

Dios ha dado una ley específica referente a las deudas y a la remisión en el Año de Sábado, llamado “el año de remisión” (Deut. 15:1-11). Se nos pide que perdonemos las deudas en el Año de Sábado, si es que se nos pide remisión o perdón de las deudas. Justamente porque se acerca el Sábado, no debemos endurecer nuestros corazones y dejar de dar a nuestros hermanos.

 

Conforme a la Ley, se nos permite prestar a otras naciones, pero no debemos pedir préstamo de ellas. La Ley de Dios nos permite prestar a naciones extranjeras debido a las bendiciones que Dios nos ha dado. Sin embargo, no se nos permite cobrar  usura o  interés por aquellas deudas. Dios ha dicho en el Salmo 15:5 que esta persona estará de pie en la congregación del Señor: Quien su dinero no dio a usura ni contra el inocente admitió soborno. El que hace estas cosas, no resbalará jamás. Así, nosotros podemos prestar, pero no podemos cobrar interés.

 

En nuestra sociedad, es casi imposible ser justo. Construir una casa ahora (cuando el mundo entero está en esclavitud) requiere el pago de los  intereses por los préstamos a fin de que la gente sobreviva en sus propias casas. Esta práctica es inmoral.

 

La gente de habla inglesa se consolidó durante los siglos y la gente no cobró intereses. El sistema bancario estaba en posesión de extranjeros y de judíos, quienes emplearon mal la Ley de Dios usando distinciones incorrectas en cuanto a extranjeros y hebreos, según el texto en  Deuteronomio 15:1-11 y él  contra la esclavitud en el verso 12. La monarquía británica estableció el sistema bancario a fin de financiar y apoyar sus guerras. Este sistema es al contrario de la Ley de Dios y será abolido por el Jubileo del sistema Mesiánico.

 

La forma en que el mundo ha sido establecido en el siglo veinte, con su estructura corporativa, es insostenible. Esto sufrirá un colapso bajo su propio peso con el sistema injusto que ha creado. Dios permitirá el colapso y Él restaurará Su sistema conforme a Sus Leyes al final del problema.

 

Sin la usura y con las Leyes de Dios, podemos crear la riqueza y vivir seguros. Si trabajamos en contra de aquel sistema, crearemos injusticia. La Ley de Dios y Su sistema trabaja basados en una teoría de obligación, y no en una de derechos.

 

La Remoción de la Autoridad Levítica

 

El sacerdocio que precedió el Aarónico o Levítico y que también sucedió a ese sacerdocio Levítico fue el de Melquisedec (ver el artículo Melquisedec [128]). Abraham diezmó a Melquisedec y, por lo tanto, David y el Mesías diezmaron a Melquisedec estando en los lomos de Abraham (Génesis 14:18-20).

 

Hebreos 7:5-9  Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la Ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también sean descendientes de Abraham. 6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y, sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos, (RV)

 

Vemos aquí que los Levitas pagaron diezmos también y que su sacerdocio era inferior al de Melquisedec cumplido en Jesucristo (Salmo 110:4). El nombramiento de los setenta [dos] por Cristo en Lucas 10:1,17 fue la transferencia de autoridad del Sanedrín a la Iglesia. Así el diezmo ahora le pertenece al sacerdocio de Melquisedec y no al sacerdocio Levítico. Así, la Iglesia y su administración local es la beneficiaria del primer diezmo. A la administración central pertenece el diezmo del diezmo.

 

Concepción de la Iglesia Temprana acerca de la transferencia de autoridad.

 

El texto de la Primera Epístola de Clemente a los Corintios se refiere a la responsabilidad de la iglesia en relación a las designaciones y también trata sobre el diezmo. Clemente era un discípulo de la iglesia que escribió un tiempo después de la muerte de Pablo. El capítulo XIII es una exhortación a la humildad y termina con las palabras: “Porque la Palabra Santa dice, ‘¿A quién miraré, sino a aquel que es manso y pacífico y teme a Mis palabras?’.”   (Isa. 66:2).

 

Clemente sostiene las Leyes de Dios en la Torá con respecto a las ofrendas y el sacerdocio y directamente transfiere esa autoridad a la iglesia.

 

Clemente dice en el capítulo XL (ANF vol 1, p. 16):

                    ”Por cuanto estas cosas nos han sido manifestadas, y dado a que nosotros buscamos en las profundidades del conocimiento divino, nos corresponde hacer todas las cosas en [su propio] orden, el cual el Señor nos ha ordenado realizar en fechas determinadas. El ha ordenado ofrendas [a ser presentadas] y servicios a  ser realizados [a Él], y esto que no sea sin pensar o irregularmente, sino en los momentos y horarios establecidos. Él ha establecido por su propia suprema voluntad los lugares y quienes él desea que realicen estas cosas, para que todas las cosas realizadas respetuosamente de acuerdo a Su deseo, sean aceptables para Él. Por lo tanto, aquellos que presentan sus ofrendas en los tiempos establecidos, son aceptados y bendecidos; en vista de que así siguen las Leyes del señor, ellos no pecan. Al sumo sacerdote de le asignan sus propios servicios peculiares, a los sacerdotes se les asigna su propio lugar, y en los Levitas recaen sus propios y especiales ministerios. El lego se somete a las leyes que le atañen al lego.”

 

Así él establece las Leyes del Señor en la iglesia que corresponden a las ofrendas de Dios. El establece el Calendario Bíblico y sus designados tiempos de reverencia. Este texto no tiene nada que ver con 1 Corintios 16:1,2 se refiere a la Torá. El establece los límites y el orden del ministerio y dice a aquellos designados no sobrepasar los límites asignados a ellos por aquellos que los designaron.

 

En el capítulo XLI el dice:

“Que cada uno de ustedes, hermanos, de gracias a Dios en su propio orden, viviendo con buena conciencia, con apropiada seriedad y sin sobrepasar las reglas del ministerio prescripto para él. Los sacrificios diarios,  las ofrendas de paz,  las ofrendas por pecados, y las ofrendas por ofensas, no se ofrecen en todo lugar, solamente en Jerusalén. Y aún allí éstas no se ofrecen en cualquier lugar, solo ante el altar del Templo, aquel que es ofrecido siendo primero cuidadosamente examinado por el sumo sacerdote y los ministros ya mencionados. Por lo tanto, aquellos que hacen cualquier cosa mas allá de lo que está de acuerdo con Su voluntad, son castigados con la muerte. Ustedes ven hermanos, cuanto mayor es el conocimiento que se nos ha concedido, mayor es el peligro al cual estamos expuestos."

 

En el capítulo XLII él transfiere la autoridad del sacerdocio al Ministerio de Cristo en su autoridad por el diezmo y las ofrendas a Dios. El también se refiere a los “primeros frutos” en relación a aquellos agregados a la iglesia y dice:

 

"Los apóstoles nos han predicado el evangelio desde el Señor Jesús Cristo; Jesús Cristo [lo ha hecho] desde Dios. Por lo tanto Cristo fue enviado por  Dios y los apóstoles por  Cristo. Ambas designaciones fueron realizadas en una forma ordenada de acuerdo a la voluntad de Dios. Habiendo recibido sus ordenes, y estando completamente seguros por la resurrección de nuestro Señor Jesús Cristo, y siendo establecido en la Palabra de Dios con toda la seguridad del Espíritu Santo ellos continuaron proclamando que el Reino de Dios estaba cerca. Pregonando de este modo por países y ciudades ellos designaron los primeros frutos [de sus trabajos] una vez que fueron probados por el Espíritu para ser obispos y diáconos de aquellos que luego creyeran. Esto no era algo nuevo, había  escritos con respecto a obispos y diáconos desde tiempos muy antiguos. Porque así decía la Escritura en un lugar, ' Yo designaré sus obispos (supervisores) en justicia y sus diáconos (siervos) en la fe (tomado de Isa. 60:17 del LXX pero modificado por Clemente aquí como dice en el capítulo LXX  “Yo daré mis autoridades en paz y mis supervisores en justicia”).

 

Así Clemente claramente promulgó las leyes del diezmo y las ofrendas a los pies de la Iglesia de Dios y su nombrado ministerio. Él hace esto en concordancia con el Calendario Bíblico y con respecto a las fechas establecidas.

 

La Iglesia continúo unida hasta que Aniceto hizo la declaración de Pascuas alrededor de 154. En 192 Victorino causó la separación. Así, lo que ocurrió luego de 154 en la Iglesia de Roma fue en herejía a la Iglesia de Dios.

 

También se afirma que Ireneo (que escribió cerca del 195 luego de la separación)  pregona en contra del diezmo en el libro IV, pero no hace tal cosa. En el libro IV capítulo. VIII.3 el habla de la Ley y el  Sábado y que esto no  prohibió  a aquellos que tenían hambre en los días Sábado que tomaran comida que estuviera al alcance de la mano. El continúa y proclama que  David fue nombrado sacerdote por Dios a pesar de que Saul lo persiguió. “Porque todos los justos poseen el rango sacerdotal y todos los apóstoles del Señor son sacerdotes“(Ibíd., cf. 1Pet. 2:5,9 citando también a Moisés en Deut. 33:9). El dice que Dios requiere obediencia más que sacrificio y holocaustos.  Ireneo cita a Pablo y afirma que el ministerio son los sacerdotes del Señor para quienes es lícito si estuvieran hambrientos, alimentarse con espigas. El afirmó que los sacerdotes en el Templo profanaban el Sábado y eran inocentes porque no estaban involucrados en asuntos seculares. En esto el guardó el Sábado y las acciones del ministerio como sacerdotes del Señor quienes tenían derecho a alimentarse con la herencia de Levi, que son los diezmos y ofrendas de las Leyes de Dios.

 

El citar erróneamente a Ireneo  puede llevar a enseñar inclusive en contra de los Sábados, Lunas Nuevas y Días Sagrados que el menciona en ese sentido pero él mismo guardó el Sábado, entonces lo que el dice debe ser tomado teniendo en cuenta el contexto al que se está  refiriendo. El fue separado de Polycrates en Esmirna, estando en Lyón, y así él también fue afectado profundamente por la separación.

 

Ireneo dice en XVIII, 1. “Estamos comprometidos entonces a ofrecer a Dios los primeros frutos de Su creación, como Moisés también dice, ‘Tu no aparecerás ante la presencia del Señor tu Dios vacío’ [es decir, con manos vacías cita de Deut. 16:16]; así aquel hombre que sea considerado agradecido, por aquellas cosas en las cuales él ha demostrado su gratitud, podrá recibir aquel honor que fluye de él.”

 

Este texto es una referencia clara al diezmo y las tres estaciones de fiestas de la Biblia. El continúa en  XVIII, 2 y dice:

“Y la categoría de oblaciones en general no ha sido dejada de lado porque ambas oblaciones existían allí [entre los judíos], y hay oblaciones aquí [entre los Cristianos]. Había sacrificios entre la gente, también hay sacrificios en la Iglesia: pero solo la especie ha sido cambiada por cuanto la ofrenda ahora no es realizada por esclavos sino por hombres libres. Porque el Señor es [siempre] uno y el mismo, pero la índole de una oblación servil es peculiar [en sí misma], así como aquella de hombres libres, de modo que con éstas mismas oblaciones, la indicación de libertad pueda demostrarse. Porque con él no hay nada que carezca de propósito, significado o designio. Y por esta razón ellos (los judíos) tenían ciertamente los diezmos de sus bienes consagrados a El, pero aquellos que han recibido la libertad dejan de lado todas sus posesiones por los propósitos del Señor, donando libre y alegremente- no las menos valiosas porciones de sus propiedades, dado a que ellos tienen esperanza en cosas mejores [el mas allá]; como hizo esa pobre viuda que ofreció toda su vida al tesoro de Dios” (c de. Lk. 21:4).

 

Ireneo está aquí diciendo que los judíos diezmaron de acuerdo a la Ley de Dios pero nosotros por Cristo en la Iglesia damos todo lo que tenemos como oblaciones ante Dios en la Iglesia.  Cómo pudo alguien con algo de raciocinio construir de esto una eliminación de las Leyes de Dios referidas al diezmo. Es elevar las leyes de los primeros frutos y del diezmo a una de total sacrificio por la iglesia.

 

Ireneo es con frecuencia citado fuera de contexto del texto en Libro. 4, Capítulo XIII en relación al diezmo donde él dice:

“y en vez de la Ley que ordena entregar diezmos, [Él nos dijo] compartamos todas nuestras posesiones con los pobres.”

Esta afirmación amplia el resto de sus interpretaciones donde las leyes del diezmo no fueron eliminadas, pero ampliadas. La mayoría ignora este concepto.

Ireneo dice en Libro 4, Capítulo XIII. 1 que Cristo “no nos enseñó cosas opuestas a la ley sino completando la ley, e implantando en nosotros la variada justicia de la ley.   Hubiera sido contrario a la ley, si él hubiera ordenado a sus discípulos hacer cualquier cosa que la ley hubiera prohibido.” (Ibíd., vol. 1, p. 477).

 

Entonces nosotros tenemos la autoridad otorgada a nosotros por Cristo y los apóstoles en la iglesia cuando ésta fue transferida de Levi a la orden de Melchisedek, la cual somos nosotros. Hemos designado diáconos y los hemos probado en la fe y ellos son evaluados por el Espíritu Santo y juzgados. Se espera mucho de aquellos a quienes se les otorga mucho y el peligro de su posición es grande.

 

Debemos agradecer que la iglesia en circunstancias normales no ha hecho recaer en si misma ninguna otra carga que los diezmos de Dios y cualquier cosa que el individuo elije ofrecer. Demos gracias que la iglesia no es como fue en Jerusalén y no tiene la en extrema necesidad de retener todos los bienes en común. En esa situación Ananius y su esposa fueron asesinados, como han sido espiritualmente asesinados alguno de esos quienes enseñan en contra de las Leyes de Dios.

 

 El ciclo hasta el año Sabático 2012 es así:

·      2012 es el próximo año Sabático y no se debe pagar diezmo. Todo el dinero es pago como primera y tercera ofrenda de diezmo. La ley se lee Tabernáculos en este año.

 

*   2027 es el próximo año de Jubileo y los años Sabáticos caen en  2012, 2019 and 2026.

 

El Incremento Productivo

 

La explicación de los diezmos es según el incremento productivo. Es según el incremento de los campos y los rebaños, etc. No involucra animales muertos, o los desgarrados y matados por bestias salvajes, o muertos antes de nacer, o las cosechas o  frutos de las semillas sin recoger, o el pasto comido por los animales al arar o pisando el grano. No amordazarás a un buey mientras pise el grano (Deut. 25:4). Así, el diezmo es un diezmo neto y no un diezmo bruto. Traducido en términos actuales es un diezmo después de los impuestos o, salario neto libre de costos, y no un diezmo del salario en bruto. La determinación de los costos corresponde al individuo – es una relación que el individuo tiene con Dios.

 

Retener los diezmos se identifica específicamente como robar a Dios. El sistema del diezmo es identificado por Dios como parte integral del Pacto de Dios. Dios se ocupa del asunto del Pacto a través del profeta Malaquías. El nexo entre los diezmos y el Pacto es establecido en Malaquías 3. Allí se identifica al Mesías con los elegidos y se menciona la condición para entrar al sistema que él estableció. Dios le ordena a Su pueblo que se vuelva a Él y Él se volverá a ellos. Él da instrucción explícita en lo que se refiere al método del retorno y parte de la señal de ese regreso. Esa señal es el sistema del diezmo.

 

Usted debe que regresar a Dios en los diezmos antes de que Él regrese a usted.

 

Malaquías 3:6-18  Porque yo, Jehová, no cambio; por esto, hijos de Jacob,no habéis sido consumidos.  7 Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis leyes y no las guardáis. ¡Volveos a mí y yo me volveréa vosotros!, ha dicho Jehová de los ejércitos. Pero vosotros decís:"¿En qué hemos de volvernos?"  8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis:"¿En qué te hemos robado?" En vuestros diezmos y ofrendas.  9 Malditos sois con maldición,  porque vosotros, la nación toda,me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abrolas ventanas de los cielos  y derramo sobre vosotros bendiciónhasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotrosal devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.  12 Todas las nacionesos dirán bienaventurados,  porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos. 13 Vuestras palabras contra míhan sido violentas, dice Jehová. Y todavía preguntáis:"¿Qué hemos hablado contra ti?"  14 Habéis dicho:"Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su Ley  y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? 15 Hemos visto que los soberbios son felices, que los que hacen impiedadno solo prosperan, sino que tientan a Dios,y no les pasa nada". 16 Entonces los que temían a Jehová hablaron entre sí. Jehová escuchó y oyó, y fue escrito ante él un memorial de los que temen a Jehová y honran su nombre. 17 Serán para mí especial tesoro, dice Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe. Los perdonaré como un hombre perdona al hijo que lo sirve. 18 Entonces os volveréis y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. (RV)

 

Se ve así que el sistema del diezmo es parte de la relación de Pacto entre Dios e Israel. Nadie puede alterar o tomar decisiones que alteren las leyes de Dios según se apliquen a estas leyes y este Pacto.

 

Ninguna persona puede ser parte de los elegidos y no cumplir con las leyes del diezmo. Es una señal del regreso a Dios en la restauración.

 

Conclusión

 

El primer diezmo por lo tanto es administrado en base local o de área. La administración es mantenida por el diezmo del diezmo. El segundo diezmo es usado en el primer, segundo, cuarto, quinto y sexto año del ciclo Sabático. El tercer diezmo es de hecho el segundo diezmo normal del tercer año del ciclo convertido en tercer diezmo y dado al sacerdocio (ahora la Iglesia) para la asistencia a los pobres. El sexto año del ciclo es usado por los judíos como un año de tercer diezmo también según su tradición pero no hay directiva expresa en esta materia. El ciclo Sabático o de siete años haciendo siete ciclos o cuarenta y nueve años con el quincuagésimo año como el Jubileo es la manera de determinar los años. La legislación que rige al Jubileo se encuentra en Levítico 25:9-54 y 27:17-24. El Jubileo es establecido en los años 27 y 77 de cada siglo de la era actual (de Ezequiel 1:1-2). Dios ha establecido la base de Su calendario y eso no puede perderse (vea el artículo El Calendario de Dios [156] y también El Significado de la Visión de Ezequiel[108]).

 

Ningún diezmo cualquier sea su descripción puede ser levantado en el séptimo año o en el año del Jubileo. Todos los dineros en estos años son ofrendas voluntarias y son pagados a los fondos del primer y tercer diezmo.

 

Como vemos, el segundo diezmo es convertido al tercer diezmo y es dado a los pobres en el tercer año del ciclo Sabático. Siendo que la fiesta se guarda dentro de las puertas en este año, los gastos de la Fiesta son de ahorros aparte del segundo diezmo. Todo el segundo diezmo en este año es dado a los pobres y a los Levitas y, en los años normales, los individuos daban ofrendas del segundo diezmo para los pobres y los Levitas. El sexto año es observado como un año de tercer diezmo según las tradiciones Orales. El efecto en el sistema del Jubileo resultaría como una asignación de un doble segundo diezmo para el sacerdocio (y la Iglesia). Ésta fue una decisión puramente administrativa de los judíos sin base bíblica. Los patrones de ingreso modernos requieren ofrendas monetarias para los fondos del primer y tercer diezmo.

 

El último año Jubileo fue 1977. Los siguientes años Sabáticos fueron/serán en 1984, 1991, 1998, 2005, 2012, 2019 y 2026. El ciclo hasta los años Sabáticos del 2005 y 2012 eran/son así:

 

·         1992, 1993, 1995, 1996, 1997, 1999, 2000, 2002, 2003, 2004, 2006, 2007, 2009, 2010, y 2011 fueron o son años de primer y segundo diezmo normales.

 

·         1994, 2001, 2008, etc., fueron o son años de tercer diezmo cuando el segundo diezmo es dado a los pobres para la asistencia en las fiestas.

 

·         2005 es el siguiente año Sabático y ninguno de los diezmos es pagadero. Todo el dinero es pagado como ofrendas del primer y tercer diezmo. La ley es leída en Tabernáculos en este año.

 

2027 es el siguiente Jubileo con años sabáticos que caen en 2005, 2012, 2019 y 2026.

 

Ninguna persona puede en modo alguno, establecer un sistema que limita el sistema que Dios ha establecido. La razón por la cuál los Jubileos no fueron reestablecidos en las Iglesias de Dios en el siglo veinte parece basarse en pura avaricia ya que este sistema habría limitado el ingreso. De hecho un sistema fue establecido que no tenía parecido alguno con el verdadero sistema del  diezmo y que acarreó problemas a un sin número de personas. El no establecer el verdadero sistema bajo las leyes de Dios es lo mismo como detener la verdad en injusticia y es condenado por Pablo.

 

Romanos 1:18-19 La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: (RV)

 

Ninguna iglesia puede establecer legalmente un sistema en contra de la legislación esbozada arriba, en términos de la ley de Dios. Cuando eso ocurre, el sistema debe ser destruido.

 

El individuo tiene una obligación de participar en la relación de Pacto tal como fue establecida por Dios. El diezmo es parte de esa relación de Pacto y una señal de que el individuo ha vuelto a Dios y es parte de Su ley/orden y Su sistema de gobierno como un sacerdote y rey. No diezmar es no sólo robar a Dios, sino que  determina si el individuo es o no parte del Pacto y si el individuo y su familia participan de hecho en la promesa del Pacto de la elección. No es robar simplemente a Dios. Retener diezmos es privarse a sí mismo de la herencia y de-santificar a la familia de uno.

 

 

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